Cuándo cambiar de dieta

Para que las cosas funcionen, ya sea que quieras subir o bajar de peso, ganar músculo o perder grasa, es básico seguir un plan de alimentación que te haga sentir bien e ir con un nutriólogo que te de confianza, con quien hagas click y sobre todo alguien que te ayude a cumplir tus objetivos, sí pero que también te empuje a dejar atrás los hábitos que te trajeron hasta aquí.

Ten claro tu objetivo

Necesitas hacerle caso a tu tripa, el distinguir dónde sí, dónde no y dónde nunca es lo primero a lo que le debes poner atención. Lo primero que debes hacer es cuestionarte qué objetivo tienes: comer mejor, mejorar hábitos, mejorar tu relación con la comida, etc, etc, etc.

El que tu objetivo de salud esté lo suficientemente claro y asegurarte de que lo puedas cumplir de forma sana es lo más importante. Que de antemano no estés bajando de peso a costa de tu salud mental, o de que tengas hambre y ansiedad todo el tiempo.

¿Cómo te sientes con tu plan?

Si tienes miedo de lo que comes, te mueres de hambre, no puedes ni salir por miedo a romper la dieta o si es un martirio en el que no estás disfrutando el proceso ¡huye!

Este tipo de prácticas son las que generan que a la larga la dieta no te funcione o que rebotes, el chiste es generar nuevos hábitos, ser constantes y tener paciencia contigo.

¿Cuándo salir corriendo?

• Si tu plan no se adapta a tu presupuesto
• Te sientes con hambre todo el día
• Tienes que comprarle cosas al Nutriólogo
• Te da miedo ir a consulta porque te regañan
• Tu dieta incluye solo alimentos light
• No está personalizado, ni pensado en tus necesidades