Da igual si tienes un perrhijo o un perro de azotea. Hay muchas cosas que estás haciendo que, lejos de hacerle bien, lo están fastidiando
NO LE DAS ACCIÓN
Si eres un flojonazo de primera, cómprate un pez o, de plano, una planta. Un perro necesita mucho ejercicio y atención (no se vale arrumbarlos en la azotea). La vida sedentaria puede volverlo loco, por eso le da por comerse tus muebles. Tienes que entender que, en el ADN de tu perro, ya sea un mastín o un chihuahua, está cazar para comer, es simple: esfuerzo = recompensa. No, no se trata de que lo sueltes para que salga a cazar un antílope, pero sácalo a pasear, ponle desafíos como buscar un juguete o brincar obstáculos. Un perro cansado es un perro bien portado y feliz.
LO PERSONIFICAS
Mucha gente, por su estilo de vida, soledad o puro ocio, decidió tener perrhijos y los tratan tal cual. Una vez que lo “personificas” todo se va al diablo, por eso ves perros con ropita y tenis, otros que salen a pasear en carriola o que duermen desparramados en la cama principal y básicamente hacen (y deshacen) lo que se les antoja.
Pero en el fondo son perros que, como todos los perros, necesitan correr, perseguir cosas y olfatear. Además, son animales de manada y siempre hay un líder. Si no tomas tú esa posición la va a tomar él. Ya lo dice César Millán “está perfecto darle afecto a tu perro, pero antes necesita ejercicio y disciplina. Amarlo de verdad es darle todo el paquete.”
LE EXPLICAS EN VEZ DE CORREGIRLO
Entras a tu cuarto y descubres que tu amado Galletita se merendó tus zapatos favoritos, entonces te sueltas con un regaño/discurso: “¡Nooooo, eso no se hace, niño malo! Estos zapatos son carísimos, ¡¿ahora qué voy a hacer?!”; mientras, Galletita te ve con cara de ¿qué le pasa a esta loca? Primero, porque si lo regañas por algo que hizo hace horas, ni se acuerda. Las correcciones se hacen en el momento. Segundo, por más que creas que tu perro es el más inteligente de la colonia, no entiende palabras, percibe sonidos, tu lenguaje corporal y la intención de tu voz.
LO CONFUNDES
Los perros no tienen ningún problema en obedecer, pero necesitan un líder consistente, responsable y de tiempo completo. El famoso “perro alfa” de la manada. No puedes esperar que tu perro sea el mejor portado si sólo le dedicas diez minutos al día o si no le pones límites. Imagina que estás sentado cenándote una tortita ahogada que te mandó tu tía Chelita de Guadalajara y el pequeño Marcelito se pone a tu lado a ladrar como loco y, para que se calle, le das un pedazo. ¡Pum! ¿Quién es el jefe?
No se trata de que seas cruel pero el perro tiene que entender que él que toma las decisiones eres tú. No es magia, tienes que ser constante. No puedes ser estricto a veces y un barco otras, así sólo lo confundes.
No debes llamarlo por su nombre para cosas negativas como cuando se está peleando con el perro de la vecina o cuando lo vas a bañar. El nombre debe ser usado para cosas positivas.
¿QUIÉN PASEA A QUIÉN?
La correa sirve para controlar al perro, no para que te lleve arrastrando por el camino. Lo correcto es que camine detrás o a tu lado. Las correas retráctiles (esas que se estiran 17 metros) realmente no te sirven para controlar al perro, se enredan con facilidad y, acéptalo, te hacen ver cero cool. Toma en cuenta que también debes darle su espacio a la hora de pasear.
BULLYING
Le gruñes, le enseñas la comida y no se la das, le jalas la cola. Puro y vil bullying contra el perro. Para ti, los abrazos son muestras de cariño. Para él, es como que si le pusieras una pata encima y eso es una señal de que lo quieres dominar.
¿Te gustó esta nota? Califícala
Alejandro Dumas 241 / Col. Polanco-Reforma / CP. 11550 / CDMX. / Teléfono: 9126 2222
© Todos los Derechos Reservados de Media Marketing Knowledge Group www.mmkgroup.com.mx
Prohibida la reproducción total o parcial, incluyendo cualquier medio electrónico o magnético.