Lupe Esparza, músico, compositor y vocalista de Bronco por más de 40 años, nos cuenta cómo ha logrado liderar la banda icónica sin dejar de lado el estilo que lo caracteriza
Lupe Esparza está seguro de que “la primera regla es no rendirse, pa’ no desanimar a los demás”.
EL ÉXITO NO LLEGA A LA PRIMERA
Nosotros picamos piedra 15 años. Tocamos miles de puertas sin el menor indicio de que se fueran a abrir y después de todo ese tiempo… ¡una se abrió! Pero ya no éramos unos adolescentes, yo tenía casi 30 años cuando finalmente pasó.
PA’L PERRO
Tengo una historia fantástica que les cuento a los grupos nuevos que de repente se desaniman si van a eventos y no hay mucha gente. En nuestra primera salida fuera de Nuevo León nadie metió la mano a la bolsa para pagar y ver a unos tipos completamente desconocidos, aunque en nuestras ilusiones pensábamos que sí. Fuimos a ese evento hasta Nadadores, Coahuila y el único que entró a esa presentación ¡fue un perro! Había meseros, el empresario tenía mucha fe, pero no llegó nadie. Batallaron para sacar al perro, como que quería seguir escuchándonos, ¡no se me olvidará jamás!
A TIRAR LA TOALLA
Cuando soñábamos con hacer un disco y grabar un par de canciones, llevamos un casete a un estudio de grabación y después de muchas veces de ser rechazados porque l dueño no tenía tiempo, no quería o estaba grabando ahí Ramón Ayala, por fin se cansó de nuestra terquedad y nos recibió. Escuchó la canción que habíamos preparado con mucho esmero, bueno, realmente ni siquiera la escuchaba, pero nosotros estábamos muy atentos para ver su expresión y ni siquiera la acabó de oír. La apagó, volteó a vernos y dijo, “¿quién de ustedes es el que canta?”. Yo, ingenuamente, sentí satisfacción y pensé que me iba a felicitar, “oye, qué bonito cantas, tu voz es única, diferente”. Los muchachos voltearon a verme y me señalaron: “él es el que canta”. El señor se me queda viendo y me dice: “¿quién te dijo a ti que cantas?”. Fue una puñalada para todos.
EL GRUPO CORRECTO, SIEMPRE TE APOYA
Varias veces nos fuimos desolados, mis compañeros casi al grado del llanto. En esa ocasión en la que prácticamente nos dijeron “no me estén quitando el tiempo”, ellos me dijeron, “n’ombre, negro, no pasa nada, tú cantas bien, nomás que este pinche viejo amargado no está de buen humor”.
SÍ TENEMOS CANCIONES FAVORITAS
Hay una a la que yo le tengo toda la gratitud del mundo y que honestamente, sin ser una gran obra literaria, con su letra fue la llave que abrió la puerta: “Sergio el bailador”. Se la escribí a un fan que siempre iba a las presentaciones, a veces, solamente estaban él y su novia, bailando. Ya después, la que consolidó, que también es una de las mías es “Que no quede huella“.
LAS PRESENTACIONES NO SIEMPRE SALEN BIEN
Cuando surgió la Broncomanía, tuvimos un evento sobresaturado y pasó una tragedia. Fallecieron siete fans y en ese momento quise abandonar la carrera porque me sentí culpable de que esas personas se nos hubieran adelantado en el camino por vernos. Pensé en dejar la música, porque sentía que era injusto que se tuviera que pagar tan caro el precio por ser quien pretendía ser. Me dio mucho sentimiento en el alma y pena con las familias.
LOS PLEITOS SÍ SE PUEDEN EVITAR
Los primeros estuvimos juntos por más de 20 años y creo qeu la clave fue que existía igualdad financiera, porque así lo decidí yo. Había mucha gente que me decía: “Lupe, tú escribes, cantas, bailas, truenas los cuetes, cargas la Virgen, y ganas lo mismo que Choche que a veces se está durmiendo ahí en la batería” y yo decía: “a mí no me importa eso, yo lo que necesito es que haya armonía y hermandad en el grupo para sobrevivir y estar juntos”. Esa es la lección más importante.
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