Dinero
Por: Gianco Abundiz
No te dejes engañar por los créditos rápidos. Aquí te contamos todo lo que debes saber para pedir dinero extra ¡Protege tu economía!
¿Préstamos rápidos? ¡Claro! Hasta que nos damos cuenta de que estamos ahogados en deudas por los próximos quién sabe cuántos años. Antes de dar el “sí” a cualquier oferta, checa todo lo que debes saber para pedir dinero extra.
En cuestiones financieras aplica perfectamente eso de que si te dan pan no vas a llorar, sino todo lo contrario. Pero habría que tomar ciertas consideraciones, pues si se trata de un alimento echado a perder, viejo o envenenado, entonces la cosa cambia y, si bien no chillaríamos como ratón atrapado, seguro lo rechazaríamos si nos diéramos cuenta.
En el mundo del dinero podemos tomar otro gran refrán que dice: “No todo lo que brilla es oro”. ¿Qué significa? Todos lo entendemos. Aunque no es tan simple detectar en la vida real cuando algo que tiene una lujosa envoltura de regalo, es en realidad una caja de Pandora, el mítico recipiente que contiene todos los males del mundo habidos y por haber, y que si se destapa entonces tendrá sus consecuencias.
En plena era tecnológica, la llamada cuarta revolución industrial, tenemos al alcance de las huellas dactilares un universo prácticamente infinito de lo que queramos, particularmente en el financiero. Hasta hace unos pocos años, si necesitabas un crédito tenías que ir a un banco, era todo un show burocrático y todavía esperar más de dos días la respuesta final a tu necesidad.
¿Cuántas ofertas de créditos inmediatos te llegan a tu teléfono, a tus redes sociales o a tu correo electrónico en forma de publicidad? Depende de tu perfil y el algoritmo, pero puedo apostarte que son muchas y muy seguido. ¡Y al alcance de un clic! ¡Qué peligroso!
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Esto es lo que debes tomar en cuenta antes de pedir o aceptar un crédito rápido, por mucho que te llame de primera impresión, recueda que siempre están las letras chiquitas y con maña.
¿De verdad necesitas el dinero? Antes de dar por obvio este punto, te recordamos que existe gente que está dispuesta a endeudarse por un capricho del momento y no por algo indispensable. En parte, los créditos no son malos, lo que los convierte en pésimos es que no los sepas manejar.
Aprende lo que significa una urgencia real, no inventada. Un tema delicado y grave de salud, por ejemplo, es claramente algo que necesita atención inmediata y si no tienes de dónde o quién pueda ayudar, ni hablar, a pedir dinero prestado.
Tómalo de quien viene. Importantísimo que te fijes en quién te está ofreciendo el crédito porque hay decenas de miles de fraudes todos los días. Desde los que te piden un depósito para “comprobar tu buena voluntad” (y que obvio se irán con tu lana), hasta los que manipularán tu información con el riesgo de que puedan robarte tu identidad. Sal de dudas y consulta directamente en la página de la CONDUSEF la legalidad de estas ofertas.
Entre menos requisitos, más rápido sueltan el dinero y los intereses van pero volando. Un ejemplo simple de la vida real: por cada mil pesos que te depositen, terminarás pagando más de cuatro mil. ¿Te gusta regalar dinero? ¡Te paso mi número de cuenta!
LEE. La lectura de los conceptos financieros no es sencilla, y mucho menos cuando existen las ganas de “engatusar” a los que caigan. Por lo mismo, debes pedir siempre las condiciones del contrato donde se especifiquen con claridad derechos y obligaciones tuyas como cliente y de la institución que te otorgará el crédito. También exige la tabla de amortización que no es otra cosa que una fotografía de cómo se comportará el préstamo desde el primer momento hasta que termines de pagar. Si está bien hecha podrás entenderla con claridad, aunque no tengas experiencia.
Algo que me ha tocado constatar en las investigaciones que hago es que, sobre todo en temas de préstamos en línea, te dicen que la tasa es del cuatro por ciento, ¡pero no te especifican cada cuándo!… y muchos te la cobrarán ¡semanal!, lo que convierte a este crédito en altamente costoso y casi interminable de liquidar.
Acabemos con una frase que me enseñó mi esposa cuando éramos novios y va así, tómala en cuenta: “El vivo, vive del bobo”. Aguas…
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Por: Gianco Abundiz
