Sabes cómo lograr el balance perfecto entre la agresividad y la pasividad.
Considero relevante empezar con una frase de Golda Meir, que dice: “Confía en ti mismo, y crea el tipo de persona con el que serás feliz viviendo toda tu vida”, porque guarda mucha relación con este tema y ya verás por qué.
La asertividad es algo muy importante en nuestras vidas, algo que quizás ya tenemos pero no lo ponemos en práctica para algunos, o algo que nos hace falta y debemos desarrollar, para otros. Sigue leyendo para conocer el significado de esta palabra y saber a cuál grupo perteneces.
¿Qué es la asertividad y en qué consiste?
La palabra fue definida por primera vez en 1940, y se trata de la capacidad personal de estar en conocimiento de nuestros pensamientos, nuestras opiniones, nuestros deberes y nuestros derechos, y darlos a respetar siempre teniendo en cuenta los mismos aspectos en los demás. Dicho de manera más simple, no dejar que nos pisoteen ni pisotear a nadie más. Es el balance perfecto entre la agresividad y la pasividad.
También se puede ver como un proceso comunicacional, donde expresamos lo que pensamos, nuestros sentimientos y opiniones, sin querer sobreponernos a los de otra persona pero siempre defendiendo nuestra posición.
Cómo desarrollar la asertividad
El primer paso para ser más asertivo es subir tu autoestima, porque en ella te vas a apoyar para decir lo que piensas. Según Gananci, para levantar tu autoestima debes dejar de culparte a ti mismo, aprovechar las oportunidades y no compararte con nadie más.
Las personas no podemos leer la mente, todavía. Y menos mal. Pero debes saber que las personas no saben lo que estás pensando si no se los dices.
Muchas veces nos da tanta pena o ansiedad hablar sobre algo que queremos (un aumento de sueldo, una injusticia, dinero prestado) que empezamos a divagar y la persona o no nos entiende o nos malinterpreta. Además, exponemos el problema pero le dejamos a la otra persona el camino libre para decidir. Mejor sé muy claro en el problema y di exactamente qué es lo que quieres.
Cuando quieres obtener algo, apela por decir de una vez el motivo por el que lo quieres, de forma de que esa persona no te pueda refutar. Por ejemplo, puedes decir “no podemos ir al cine porque no tengo suficiente dinero y aún falta mucho para el fin de mes”. También puedes optar por ofrecer alternativas, como, luego de eso, que planeen para cuando te paguen.
A veces el lenguaje corporal habla más que nuestra boca. Llega seguro de ti mismo, con la espalda recta y la cabeza alta y notarás la diferencia, tanto en ti mismo como en la percepción de los demás.
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