Si sientes que tu trabajo se ha vuelto inmanejable y dices "si" a todo, es probable que te sientas fuera de control, debes comenzar a poner límites en tu trabajo.
Por más que te pongas la camiseta y des lo mejor de ti, hay momentos en los que esos compañeros tóxicos o tus jefes pueden estarse aprovechando y es momento de poner un HASTA AQUÍ. Si quieres aprender cómo poner límites en el trabajo, checa estos tips para hacerlo sin renunciar en el intento.
Es obvio que en más de una ocasión tu horario godín se ha alargado más de lo que debería y terminas haciendo pendientes que ni siquiera eran tu responsabilidad. Pero por más que estés harto de esta situación, te encuentras diciendo que “sí” cada vez que te piden apoyo o te invitan a un nuevo proyecto.
Si esto te suena como familiar, probablemente te sientes abrumado y fuera de control. De hecho, el estrés laboral es una de las principales fuentes de ansiedad en adultos, además de que año con año, va en aumento. Es posible que le podamos “echar un poco la culpa” al trabajo remoto, como puede haber quién no trabajo tanto, hay personas a las que su horario laboral parece no tener fin… Pero la culpa en realidad no es de los jefes o compañeros, es de uno mismo al permitir que te sobrecarguen de trabajo.
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Es por eso que es tan importante aprender a poner límites en el trabajo, ojo, no quiere decir que vas a ser “grosero” o “mal compañero”, pero al poner límites podrás trabajar de manera más inteligente y probablemente aumentar tu productividad. Así que te vamos a compartir algunos consejos para dejar de decir “sí” y aprender a decir “no” en el trabajo.
Es importante ser conscientes de qué eres realmente responsables para que puedas cumplir con tus tareas de forma eficiente y sin saturarte. Puedes acercarte con tu jefe para identificar las tareas que debes hacer en tu día a día, cuáles realmente no son tu responsabilidad, e incluso podrías identificar áreas de mejora. ¡Esto te ayudará a ser más ordenado!
Cuando tengas una idea de las áreas en las que debes concentrarte, es hora de establecer límites. Puedes empezar no revisando tu mail por las noches, y así ese tiempo únicamente lo dedicarás para tu uso personal.
Una vez que establezcas los límites, debes comunicárselos a tu equipo de manera clara y segura. Si no quieres que ciertos miembros del equipo se comuniquen contigo a todas horas, díselos y explica los horarios en los que sí estás disponible.
Muchas veces nos sentimos sobre saturados, porque creemos que podemos hacer mejor el trabajo que el resto del equipo, pero eso puede ser muy abrumador. ¡Confía en tu equipo y en sus habilidades! Solo así podrás liberarte de un poco de trabajo.
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Ahora que ya sabes cómo poner límites en el trabajo, estás listísimo para empezar a ponerlos en práctica sin renunciar en el intento.
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