Lo bueno de lo malo: tener doble identidad

Por Marcelo Lara
Ilustración: Ismael Ángeles

A Marcello le da más felicidad ir sumando identidades que restarlas.

POR TURNOS
Primero establezcamos quién es quién. Digamos que Mick Marcy es un tipo que se levanta por ahí de la una de la tarde, es más nocturno, más rockstar y trabaja más bien de jueves a domingo; por otro lado, Burgerman existe de que llegó el Cha y me abrió el blog e hice mi primer post hace nueve años. Pero el amante de las hamburguesas existe hace mucho más.

HAY QUE ESTARSE REVELANDO
Me pasa mucho que la gente se shockea de que cuando llego a probar una hamburguesa soy el de Moderatto y antes era el Gerente, jajaja. Como que no entienden “cómo le hago”. Pero sí he tenido que explicar muchas veces que soy varias personas a la vez. El tema es que cuando te reconocen por una u otra identidad, te quieren regalar la hamburguesa y yo prefiero pagar, también para no crear como un vínculo o compromiso.

LA HORA DE LA VERDAD
De repente llego a un lugar y alguien muy fan de Mick Marcy también sabe que soy Burgerman y quieren que pruebe la hamburguesa, pero no está buena. ¡Es horrible! Soy de lo más culpígeno. Antes hasta tuiteaba en vivo y decía toda la verdad, pero luego me empezaban a poner, “uy, ya iba en camino, qué bueno que me dices” y me empezó a dar mucha culpa. Entonces ahora soy menos crítico y mejor después subo la reseña al blog, diciendo toda la verdad.

LOS CHISTORETES
Ya llegamos al nivel de que cuando llegas a un lugar, hay dos frases que hacen que me rechinen los oídos. La primera -que es para Mick Marcy- es, “¿dónde dejaste a Belinda?”, como si la trajera en la cartera, ¡eso fue hace 15 años! Y la segunda es que SIEMPRE, los que ubican a Burgerman, me preguntan si ya probé las hamburguesas de tal, y si dices que no, “¡uhhhh, tons no le sabes!”. Pero cuando estoy de gira no me puedo dedicar a catar hamburguesas, jajaja, estoy ahí para dar un show.

UN TIPO AFORTUNADO
Realmente me considero posiblemente el ser más suertudo del mundo, porque puedo dedicarme a dos cosas que son como de ensueño y me pagan por ello, entonces ya la hice. Creo que por eso me siento exitoso, por el hecho de poderme dedicar a lo que más me gusta: tocar la guitarra y la comida, jajaja. Hasta hace nueve años, siempre pensé que tenía un trabajo insuperable, pero llegó Burgerman a desmentirme cuando me empezaron a pagar por comer.