Debes cuidar muy bien este tipo de cáncer y prevenirlo, ya que se puede expandir a todos tus órganos.
El 15 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Linfoma, el cual tiene como objetivo conocer más sobre este carcinoma, reconocer los síntomas y un diagnóstico precoz de la enfermedad. Los linfomas son un tipo de cáncer que se originan por la proliferación neoplásica de células de los tejidos linfoides, lo cual afecta a las células inmunes llamadas linfocitos, que son un tipo de glóbulo blanco.
El linfoma es un cáncer que no debe ser ignorado y que debe aumentar el conocimiento a nivel general, tanto de sus signos como de las características particulares que tiene cada uno de ellos, ya que cada año mueren en el mundo aproximadamente 200 mil personas como consecuencia del linfoma y son diagnosticados unos 350 mil nuevos casos, así que como se dice “no te hagas de la vista gorda y pon atención”.
¡Date cuenta y no lo dejes pasar!
El Dr. Gabriel Galván Salazar, especialista en Oncología Médica y Hematología cuenta con amplia experiencia en linfoma y tratamientos para el cáncer, por ello, nos ayudará a saber lo más útil para estar alerta a cualquier manifestación.
Es importante saber que los síntomas dependen del tipo de linfoma, de la zona del cuerpo que esté siendo más afectada y de la velocidad de crecimiento que tenga. Los más comunes son:
– Sudores abundantes
– Fiebre y escalofríos
– Picazón
– Inflamación de los ganglios linfáticos en el cuello, las axilas, ingles u otras áreas
– Pérdida de peso
– Tos o dificultad para respirar
– Dolor abdominal
– Cansancio
“¿Qué tipo de linfoma tengo yo?”
Existen más de 60 tipos de linfoma, clasificándose en dos grandes grupos: Linfoma Hodgkin y Linfoma No Hodgkin. Cada uno requiere diferentes enfoques de diagnóstico, evaluación y tratamiento. El progreso y las posibilidades de curación están en manos de la detección oportuna y del acceso a un tratamiento adaptado, tanto al tipo de linfoma como al grupo de riesgo (personalizado).
¿Qué le pasará a mi cuerpo?
Cuando se produce un linfoma, algunas de las células en el sistema linfático crecen de manera anormal y fuera de control. Es decir, si se manifiestan en zonas sensibles como el cuello, las axilas o las ingles se pueden palpar evidenciando su tamaño aumentado, ¡ojo! no te dolerá, pero claro que sentirás un bulto. Cuando aparecen en zonas no tan visibles como el abdomen o mediastino puede que no te des cuenta y el diagnóstico sea más complicado (por eso fíjate si no presentas los síntomas ya mencionados).
Por último, por favor ten contacto con tu médico especialista, porque las células del linfoma corren el riesgo de propagarse a otros órganos, como al tubo digestivo, bazo, hígado, pulmón, médula ósea, etc.
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