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Enfermedades y padecimientos de los pies que debes atender

¿Sabías por ejemplo que algunos de los problemas más frecuentes son por no cuidarlos, por usar zapatos apretados o malhechos?

Alexis Alanis

Los pies tienen 26 huesos, 33 articulaciones y más de 100 músculos, ligamentos y tendones hechos de fibras muy fuertes para mantener juntas todas sus partes móviles. Pero todo este esfuerzo no viene sin consecuencias: son la parte de tu cuerpo que tiene mayor riesgo de lesiones. Estas son las más comunes y qué puedes hacer para prevenirlos y curarlos.

Hongos, hongos y más hongos
A todos les encantan los lugares oscuros, calientitos y húmedos, pero hay hongos de todos los tipos.
-Pie de atleta: es el más común y afecta los dedos y las plantas de los pies. Provoca inflamación y descamación y se puede contagiar a otras partes del cuerpo o a otras personas por el suelo, toallas, tapetes, etc (sí, qué asco). Se trata con cremas, sprays y talcos que no necesitan receta médica. Puedes prevenirlo cambiando tus calcetines y zapatos frecuentemente, manteniéndolos secos, y evitando estar descalzo en lugares públicos.
-En las uñas: estos también son súper comunes, pero todavía más latosos. Se instalan entre la uña y la piel debido a zapatos incómodos, un mal pedicure o traumatismos por deporte. Si sufres de ellos necesitarás ir al doctor para que te recete un tratamiento más fuerte para eliminarlos; la mala noticia es que aunque este sea efectivo, los hongos pueden regresar y volverse crónicos.

Uñas encajosas
Cortar mal las uñas y usar zapatos angostos son algunas de las causas más comunes de que los bordes de las uñas se entierren en la piel y causen dolor, inflamación, y en ocasiones, infección. Lo más sencillo para evitarlo es cortar las uñas siempre de forma recta (sin quitar esquinas) y no muy cortas. Cuando se te empieza a enterrar una uña se aconseja poner tu pie en agua caliente 15 minutos varias veces al día y tratar de poner un algodón entre la uña y la piel para que empiece a crecer más recta. Ve con un podólogo a que la desentierre y te recete antibiótico en caso de que el problema sea más grave.

Callos y ampollas
Generalmente se forman por zapatos apretados o incómodos, pero hay de callos a callos y las ampollas, pues, nada más acuérdate lo que se siente caminar horas con unos tenis que te rozan. Las ampollas es mejor cubrirlas con un parche y dejar que “exploten” solas para después poner antibiótico untado y evitar que se infecten. En el caso de los callos lo mejor es limarlos después de que estén en agua tibia y humectarlos para quitar la incomodidad.

Dedos chuecos
Existen varios tipos de deformidades, las más comunes son en garra, martillo y mazo. Cuando los dedos se engarrotan hacia abajo en diferentes posiciones o tienen alguna inclinación extraña, es probable que se sufra de alguno de estos males. La causa puede ser congénita o, la más común, se enchuecan por usar zapatos apretados o que obligan al pie a estar en una postura antinatural. El tratamiento depende de su tipo y gravedad, y podría ser hasta quirúrgico. Se puede prevenir que se agraven estirando los dedos para arriba y para abajo varias veces al día, usando zapatos cómodos y poniendo plantillas.

Don juanete
Un juanete es una protuberancia ósea en la base de la articulación del dedo gordo del pie, que provoca que el dedo se gire también en dirección a los demás dedos. Pueden ser congénitos, causados por artritis, traumatismos o uso de zapatos con punta muy estrecha. Cualquiera que sea el caso, usar zapatos apretados o con tacón empeora el problema. El tratamiento normalmente consiste en usar plantillas acolchadas, analgésicos y zapatos más anchos; solo que, si las molestias no se controlan, puedes llegar a necesitar una cirugía para regresar el dedo gordo a su posición normal.

Fascitis plantar 
Es la causa más común de dolor en la base del talón y sucede cuando el ligamento que sostiene el arco del pie se inflama. No tiene síntomas físicos, únicamente dolor y tensión en el pie, y es provocado por fatiga; es un mal que se ve mucho en corredores y practicantes de otras disciplinas, aunque todos tenemos riesgo de padecerlo. La forma más fácil de disminuirlo es haciendo estiramientos y aplicando compresas frías.

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Jefa Editorial Web de Revista moi