Ximena Sariñana: lo que nadie te dice de ser mamá

¿Y ESA QUIÉN ES?

Todo el mundo te dice “tu vida va a cambiar por completo”, pero creo que no te dicen la magnitud del cambio. Yo no entendía lo mucho que iba a cambiar como persona, porque además no lo controlas y es casi inmediato. Me acuerdo de la primera vez que pude agarrar ya de una manera consciente a mi hija cuando nació y mi vida cambió 180o instantáneamente; fue una conexión absoluta y ahí dije: “ok, ya soy otra persona, no me conozco”. Además, nadie te dice quién es esa persona en la que te conviertes, la tienes que ir conociendo poco a poco.

EN AUTOMÁTICO

Otra cosa que ya te sabes de memoria antes de tener un hijo es que “aguas con la dormida”. Siempre te insisten que aproveches antes porque no vuelves a dormir igual y ¡claro que tienen razón! Pero me sorprendió mi capacidad de seguir funcionando igual de bien sin dormir. Yo pensaba que me iba a morir sin mis ocho horas diarias, que no iba a ser capaz de hacer muchas cosas y, aunque efectivamente ya no puedo acordarme del nombre de ninguna persona que no vea diario, jajaja, sí me impresionó lo fácil que se adaptaron mi cuerpo y mi cabeza para funcionar con pocas horas de sueño.

SE PUEDE TODO

Nadie te dice cómo hacerle para combinar y balancear todo, pero creo que eso es bueno para que cada quien haga su camino y su propia realidad. A mí eso me conectó mucho con mi intuición; me fui dando cuenta de lo que se sentía bien para mí y mi hija e irlo adaptando. Increíblemente, los primeros dos años desde que nació mi hija fueron mis más productivos, en los que más trabajo tuve y además estuve más conectada con ella. Nadie me dijo cómo ser músico, seguir viajando por el mundo, tener giras y a la par ser mamá de tiempo completo, yo hice mi propia receta y me salió muy bien.

BEBÉS MARAVILLA

Casi todo lo que lees con respecto a la maternidad tiene que ver con cosas técnicas como la importancia de la rutina o cómo lograr que coman esto o el otro, pero algo que me sorprendió mucho de mis hijos es lo resilientes y adaptables que son. Tampoco te hablan de la capacidad de comunicación  que tienen los bebés si prestas atención y cómo, sin palabras, si estás abierta a respetarlos como seres humanos pensantes, ellos se comunican contigo.

AMORCITO CORAZÓN

Ya te lo esperas: te vas a enamorar de tus hijos y se te va a hacer más grande el corazón. OK. Pero en verdad no entiendes el nivel de expansión hacia tantos lados del corazón, porque no nada más se ensanchó para dejar entrar a mis dos hijos, también las cosas que eran importantes para mí se volvieron más importantes. Mi capacidad de ser empática se triplicó, realmente se vuelve un corazón gigante que deja entrar muchas cosas.

DOS NO ES LO MISMO

Uno cree que al ya haber tenido un hijo, cuando llega el segundo todo es fácil, pero al principio es muy cañón porque tienes las mismas demandas pero ahora por dos y con menos tiempo. Lo que sí hay menos con el segundo es ansiedad, ¡y tiempo! Cuando tienes a tu primer bebé, esos primeros tres meses se te hacen imposibles y luego cuando tienen como dos o tres años volteas y dices, “¡no manches! esos primeros tres meses son los más fáciles porque no hacen nada, duermen todo el día, comen, duermen, lloran y listo.” No los tienes que andar correteando, ni preocuparte de las características de sus personalidades, ni de educarlos, ni de cómo les vas a hablar. Lo veo en retrospectiva y digo, “bueno, tener uno es regalado porque somos dos adultos encargados de uno”, ahora que tienes dos no hay forma, tienes dos y te tienes que adaptar a eso.

¿Y NUESTRO FUTURO?

Ha sido muy difícil ser mamá en pandemia, principalmente por la poca importancia que se le ha dado a los niños. Como decía, los niños son súper resilientes, mi hija siempre se ha adaptado a horarios, aviones, a mi trabajo, pero eso no quiere decir que sea aceptable el mal manejo que ha habido de todo: sus espacios, sus rutinas, sus dinámicas, su educación. ¿Qué no siempre hablamos de que son lo más importantes, el futuro de este país, y la esperanza del planeta? Y sin embargo se ha pensado muy poco en ellos. Además de lo que ha sido para las mamás trabajar, encargarse de todo lo que ya hacían y encima ser la maestra y ser la que está ahí al pie del cañón por sus hijos, por su trabajo y por todos.