Lo que no sabías que necesitabas saber de los bebés

Nacen sabiendo “nadar”: en el agua bajan su ritmo cardiaco y mueven brazos y piernas de forma natural, ¡obvio, estuvieron en una bolsita llena de líquido más de nueve meses! Y aunque tienen este instinto, no es suficiente para dejarlos solos en una alberca.

Nacen con 300 huesos, 95 más que cualquier adulto; después algunos de ellos se fusionan… ¡ah!, pero eso sí, nacen sin rótula, que se les forma entre los tres y cinco años.

Sus papilas gustativas solo reconocen los sabores dulce y amargo durante los primeros meses y ni comida necesitan, pura lechita.

Crecen a una velocidad impresionante: doblan su talla a los cinco meses y la triplican al año.

Les fascina el ruido blanco porque les recuerda a los sonidos que el cuerpo de su mamá hacía cuando estaban en el útero.

No pueden llorar… bueno, sí, y mucho, pero sin lágrimas las primeras tres semanas de vida.

Tienen el estómago del tamaño de una nuez… ¡por eso comen TODO el día!

Tienen un sentido innato del ritmo; traen el beat en las venas. Responden al ritmo y al tempo, y les llama más la atención la música que el lenguaje oral.

Cuando una mamá y su bebé se ven, su ritmo cardiaco se coordina en segundos.

Estudios sugieren que los bebés prematuros tienden más a ser zurdos que los bebés que nacen a término.

Pueden respirar y tragar al mismo tiempo hasta que tienen siete meses. Es por eso que pueden tomarse una botella de leche sin parar. Después ya no.

Se ríen en tu idioma y con tu acento. Así es, un bebé reconoce su lengua materna en el tercer trimestre del embarazo, y cuando comienza a reírse lo hace en el patrón de esta.

Su boca es el área del cuerpo más sensible al tacto, es por eso que los bebés exploran todo tipo de objetos a través de ella.

¿Sabes cuántos bebés nacen por minuto en el mundo? 255; o sea, 4.3 por segundo. En lo que leíste este dato nacieron como 17.