Mandamientos del intercambio godín

Si ya le entraste, lo mejor será que te apliques siguiendo rigurosamente estos mandamientos

1. Te ajustarás al presupuesto
Porque no hay nada más triste y marro que regalar unos calcetines o una bufanda cuando se acordó que el precio mínimo sería de $500

2. No cambiarás tu papelito
Nada de hacer berrinche porque te tocó la única persona que te cae pésimo de toda la oficina o el que acaba de entrar. Si decidiste entrarle al intercambio, ¡te aguantas!

3. No revelarás quién te tocó
Nada de andar chismoseando sobre quién te tocó o a quién le tocaste. No arruines el factor sorpresa. No seas el güey que se la pasa preguntando: “¿quién te tocó?”

4. Investigarás los gustos de la persona que te tocó
Deja de improvisar y no trates de atinarle a sus gustos. Mejor sorpréndela con algo que sí valore y le guste. Si de plano no la conoces, sondea a sus amigos cercanos o stalkea sus redes

5. No regalarás nada hecho a mano
Aunque te creas (o seas) el experto en manualidades… OL-VÍ-DA-LO. Regalar un DIY es inaceptable.

6. No regalarás tazas ni ropa interior
¡Qué oso sacar la tanga frente a toda la oficina, además de impersonal! No quieras hacerte el chistoso. Y de la taza, mejor ni hablar, échale ganas para regalar algo más original.

7. Disimularás cuando no te guste tu regalo
Si tu regalo está inmundo, trata de disimular lo más que puedas, porque patalear o poner jetas solo te hará ver infantil. Además, qué incomodidad para todos

8. No comprarás tu regalo un día antes
O peor, olvidarás llevarlo el día del intercambio. Hazte un tiempo para comprar y buscar un regalo adecuado y no agarres lo primero que encuentres, porque te juro que se va a notar.

9. No aplicarás el roperazo
Es evidente cuando das algo que tenías guardado o que ya usaste. ¿Neta quieres que esa sea la percepción que tus compañeros de trabajo tengan sobre ti?

10. No volverás a entrar a un intercambio por compromiso
Si de plano te la pasas remal buscando regalos y gastando dinero. ¡Aprende a decir NO! Nadie te va a juzgar y siempre puedes usar el pretexto de que andas corto de lana.

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