Ya dijimos que la autoestima es la opinión que tienes de ti mismo, pero ¿qué hacer cuando no es la más positiva?
Estos consejos te pueden ayudar a mejorar tu autoestima si es que no anda en los mejores niveles:
1. Busca la autorrealización
Las personas que tienen buena autoestima son creativas, independientes y tienen la vivencia de ser dueñas de su vida, lo cual lleva a la autorrealización y a la satisfacción. En cambio, una persona con baja autoestima suele autojustificarse echándole la culpa a lo que sea, menos a ella misma. Autorrealizarte es buscar ser tú mismo, ponerte metas y cumplirlas; reconocer todo lo positivo que tienes, pero también aceptar tus errores y áreas de oportunidad. Piensa en todo lo que te gustaría lograr (pero siendo realista, no quieras ser Miss Universo si tienes 58 años), pon prioridades y trabaja para alcanzar esas metas.
2. Acéptate como eres hoy
Una persona segura no necesita imitar a otros para ser aceptada por equis grupo, tampoco se preocupa constantemente por lo que piensen los demás de ella y por eso confía en su propia forma de ser. En cambio, alguien que no tiene claro quién es depende 100% de la evaluación externa, vive con culpa, no se acepta y toooodo el tiempo está cambiando; es más, no sabe ni qué le gusta y le gusta trabajo reconocer sus habilidades. Acepta cómo te ves, qué sientes, tus gustos, etc. No tiene por qué darte pena ni debes cambiar para poder quererte.
3. Sé consciente de tus elecciones
Las decisiones importantes de la vida deben pensarse en función del propio desarrollo y crecimiento, reconociendo el miedo cuando surja e identificando la libertad de elección. Tomar una decisión desde el temor es retroceder en el camino del crecimiento porque es una falta de confianza absoluta: miedo al qué dirán, a madurar, a cambiar, a intentar. En vez de elegir el temor, busca situaciones, relaciones y vivencias que te hagan feliz y te ayuden a crecer. Decide desde un lugar de plenitud y satisfacción, donde te permitas equivocarte sabiendo que de los errores siempre se aprende. Cuando se elige algo, a la vez se renuncia a otra cosa. Todo lo que decidas tiene repercusiones en tu vida, entonces no lo hagas a la ligera.
4. Escúchate
Como ejercicio diario, escucha tu voz interior: ¿qué te dices?, ¿qué te repites constantemente?, ¿cómo te hablas a ti mismo? Identifica también si tu voz interna es impulsiva o, al contrario, tiene miedo a la acción. Lo que te repites ¿es lo que te han dicho los demás que deberías de ser? Revisa este último punto con calma y tiempo. Reconoce si lo que piensas de ti y del mundo es en función de lo que te han dicho que debería ser o, en cambio, es lo que realmente deseas y quieres.
5. Cuenta contigo mismo
Este punto puede que sea el más importante: debes tener la certeza de que cuentas contigo para enfrentarte al mundo. Una persona con buena autoestima supera los problemas de la vida con más facilidad, pero si tu autoestima no anda bien, te falla la capacidad emocional para resolver los conflictos y las cosas no te salen como quisieras. Empieza por ser responsable de tus elecciones y las consecuencias que generan. Identifica qué quieres, qué te gusta, qué te apasiona de verdad y también lo que no quieres para tu vida o lo que te disgusta.
Saberse merecedor de amor y felicidad tiene una implicación en cómo vivimos con los demás. Mientras más alta sea nuestra autoestima, mejor preparados estaremos para enfrentar adversidades y problemas; y así, cuando haya algo que no se pueda resolver, no nos pegará tan duro.
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