¡No corras, no grites y no empujes... mejor respira profundo!
El corazón empieza a latir al mil por hora, empiezas a sentir un montón de miedo sin saber exactamente por qué, te muerdes las uñas y además, el sueño ya se te espanta bien cañón… Amiga date cuenta, puede ser un ataque de ansiedad. ¡Te decimos qué hacer si tienes ansiedad al tope y cómo aplicar los primeros auxilios a ti o alguien más!
Vamos a empezar explicando qué es la ansiedad. En pocas palabras es como ese amigo que te llama a las 3 de la mañana sin motivo aparente, es una sensación constante de preocupación y nerviosismo que no te deja tranquilo, te hace sobre pensar cosas que ni al caso o dejarte inquieto, tenso y con palpitaciones. Es como un león mental que no te suelta, es un enemigo invisible que te juega malas pasadas.
Ahora bien, los ataques de pánico son como esos sustos de película de terror que te hacen saltar del asiento. Son un tsunami de ansiedad que te inunda de la nada, de repente, sientes un miedo intenso y un montón de síntomas físicos desagradables, como palpitaciones, sudoración, temblores y falta de aire.
Es importantísimo que sepas que cualquiera de los dos puede ser algo terrible para quien los siente, por lo que no debes juzgarlos y por favor jamás uses la palabra “¡cálmate!”.
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Si te pones nervioso al ver a tu amistattt sufriendo por uno de estos dos males, la situación podría empeorar. Tú estás para preguntarle ¿cómo puedes ayudar? y ¿qué necesita la otra persona? Pero al decirle que se calme, solo lo alteras porque no sé cómo hacerlo.
Acércate a la persona y háblale en un tono tranquilo y amable. Pregúntale si está teniendo un ataque de pánico, si regularmente sufre ansiedad, si hiciste por accidente algo que lo detonó o fue relacionado con en el ambiente. Ayudarlo a entender de dónde viene, lo puede ayudar a clamar.
Ofrece acompañamiento, pero no obligues a la persona a hacer algo que no quiera. Respeta su espacio y ritmo, ya en otro momento te podrá contar sus penas, pero por ahora, deja que respire.
Ayuda a tu amistad a realizar respiraciones profundas. Pídele que inhale despacio, después que retenga el aire durante otros 4 segundos y luego exhale lentamente en 4 tiempos. Esto puede ayudar a calmar la ansiedad. Otro tip es que le pidas que respire contigo, eso lo ayudará a calmarse y es más fácil hacerlo si alguien lo acompaña.
Todos tenemos algo en donde nos la pasamos bomba, así que pregúntale, y si es posible, llévala a su lugar tranquilo y cómodo para reducir la estimulación. Incluso, si es viable, pídele que piense en cosas que lo hacen feliz.
Uf, tomar agüita lo cambia todo. Un vaso puede ayudar a la persona a mantenerse hidratada y distraer su mente.
No te pongas en tu papel de juez, no hay nada que la persona pudiera hacer para que esto no se detonara. Los ataques de pánico pueden durar un tiempo, así que mantén la paciencia.
Pregunta si tienen algún plan de acción previamente acordado o si llevan consigo algún medicamento recetado para la ansiedad. Cada persona es diferente, y lo que funciona para uno puede no funcionar para otro. Lo más importante es estar ahí para ofrecer apoyo y comprensión.
Te dejamos nuestro consultorio con Mario Citalán, especialista en Neurocoaching, para que conozcas un poquito más sobre estos dos males y sepas cómo ayudarsss.
Cuéntanos, ¿ya conocías estos primeros auxilios para saber qué hacer cuando tienes ansiedad?
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