Cómo aplicar la inteligencia emocional a tu vida

¿Recuerdas haber escuchado en tu infancia frases como: en Diciendo cosas como, “no llores, eres demasiado grande para eso”, “si estás enojado, contenlo” o el demasiado común “haces de todo un gran problema”? Este tipo de cosas son las que nos forman creyendo que la sensibilidad emocional no tiene importancia, lo cual nos afecta cuando crecemos y se refleja en nuestra vida diaria. Pero, no debemos olvidar que la inteligencia emocional es absolutamente vital en cualquier relación, pues tiene un objetivo esencial: ofrecernos una vida más satisfactoria.

La inteligencia emocional es mucho más que un conjunto de enfoques y estrategias que tienen como meta ayudarnos a identificar y gestionar mejor nuestras emociones. Cuando se trata de inteligencia emocional, realmente se trata de adquirir una conciencia emocional para construir relaciones más sólidas y respetuosas. La inteligencia emocional mejora nuestra calidad de vida, nuestras relaciones, nuestra autopercepción e incluso nuestro desempeño en el trabajo. Imaginemos que la inteligencia emocional es como una antena, la cual tiene una doble retroalimentación: interna y externa. Gracias a esta antena podemos conocernos mejor a nosotros mismos, nuestras emociones y las emociones de los demás. Algunos de los beneficios que podemos obtener de utilizar la inteligencia emocional en nuestra vida son:

• Tener una mayor conciencia de nosotros mismos.
• Manejar mejor nuestros sentimientos.
• Tener más empatía, tanto a nivel emocional como cognitivo.
• Desarrollar más compromiso con nosotros mismos.
• Ser más conscientes socialmente.

Ahora que entendemos mejor la inteligencia emocional y su importancia, aquí es donde comienza el trabajo. Te compartimos algunos pasos para que la practiques día a día:

1. Practica observar lo que sientes, ¿qué desencadenan tus emociones? Y ¿cómo se afectan?
2. Escucha activamente a los demás, para observar objetivamente.
3. Practica la respiración profunda y otros ejercicios relajantes para mantener la mente despejada.
4. Presta mayor atención a tus actividades haciendo una tarea a la vez.
5. Fomenta y construye sobre las relaciones, reconociendo las necesidades y los sentimientos de los demás.
6. Reconoce todas tus emociones.
7. Practica la gratitud diaria.