Tener un papá alcohólico puede dejar secuelas profundas en los críos. Checa estas tres huellas emocionales que tienen los hijos de padres alcohólicos, que te uuurge conocer.
Sí, es una pena, pero es más común de lo que quisiéramos, haber tenido o tener un papá alcohólico puede marcar tu vida por completo, por eso aquí te dejamos tres huellas emocionales que tienen los hijos de padres alcohólicos, que quizá tengas y no te hayas dado cuenta.
Crecer en un hogar donde el alcohol toma el control no solo es caótico y aterrador, sino que también deja cicatrices emocionales profundas en los hijos. Estas marcas invisibles pueden afectar su salud mental, autoestima y relaciones personales hasta la edad adulta.
1. Ansiedad y miedo constante: la imprevisibilidad y el comportamiento sin rumbo de un padre alcohólico generan un ambiente de constante preocupación en los niños. Viven con el temor de no saber qué esperar, si habrá peleas, violencia o incluso abandono.Imagina llegar a casa después de la escuela, sin saber si te recibirá un padre amoroso o uno agresivo y en estado de ebriedad. Esa incertidumbre constante genera una ansiedad paralizante que puede afectar su desarrollo emocional y social.
2. Baja autoestima y culpa: los hijos de padres alcohólicos suelen cargar con un sentimiento de culpa y vergüenza. Creen que, de alguna manera, son responsables de la adicción de su padre o que no han hecho lo suficiente para ayudarlo.
A esto se suma la baja autoestima que se desarrolla al verse expuestos a un modelo familiar disfuncional y caótico. Empiezan a dudar de su propio valor y a creer que no merecen ser amados o felices.
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Hay factores como qué tan fuerte es la adicción, el comportamiento, el temperamento, la edad de los críos, la posición de la madre, pero estas son las huellas más comunes en los hijos de alguien que tiene alcoholismo. Estas huellas por lo general son difíciles de detectar, tanto para los padres, como para sus hijos, pero influyen en su personalidad y estabilidad emocional.
Los hijos de papás alcohólicos tienen dificultades para identificar una conducta normal, de una conducta no patológica. Por eso tienen poco criterio para definir qué pueden permitirse hacer y qué no. Dudan cañón todo el tiempo.
Han tenido una vida repleta de incertidumbre, así que nunca saben cómo van a estar sus padres, si llegarán por ellos a la escuela, si los llevarán, si vendrán a dormir a casa. Por eso, nunca saben qué esperar de la familia, del mundo o de sí mismos. Eso los lleva a una inestabilidad que les impide terminar sus proyectos y ser constantes en lo que inician.
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Tienen un sentimiento de culpa y una sensación de incapacidad que no los deja avanzar. La culpa nace de que no sabe hasta qué punto el alcoholismo de su padre es responsabilidad suya. Se pregunta: ¿debería hacer, o haber hecho, algo al respecto?
Si tienes críos, será mejor que consideres estos puntos antes de dejarte llevar por el alcohol.
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