El pacto de impunidad no morirá por voluntad política, tendrá que hacerlo desde la sociedad.
En México hemos vivido desde siempre en un sistema político que no garantiza la justicia. Más bien, la administración de justicia se apega a intereses políticos y económicos. De esta manera los gobiernos, tanto el presidente como los gobernadores, mantienen control. Premian y castigan aplicando la ley como les convenga. No es gratuito que México sea el país con más impunidad en América y el cuarto a nivel mundial. ¡Vergonzoso!
Tenemos la vida entera viendo cómo dejan pasar impune la corrupción y los crímenes de los cercanos al poder. Claro, siempre con frases huecas tratan de justificar. Así, han quedado vaciadas de contenido expresiones como: “caiga quien caiga”, “se aplicará la ley”, “se investigará hasta sus últimas consecuencias” y otras similares.
El mundo de hoy es distinto. Ya en otros países los escándalos de corrupción han obligado a los Estados a fortalecer los sistemas de procuración de justicia. De esta forma varios expresidentes y altos miembros de la clase política y empresarial están purgando penas o bajo investigaciones reales. En México aun no.
Aquí se apuesta por el olvido. Que un escándalo tape al otro. Mientras más escándalos menos capacidad social de recordar. Ante más casos, más frustración. Si la sociedad se organiza y presiona, como lo fue con el Sistema Nacional Anticorrupción, los poderes políticos ceden espacios pero luego tratan de cerrarlos con la letra chiquita o cuando la presión social ha pasado.
Sin embargo, esto no podrá ser eterno. En algún momento el sistema se quebrará, la presión internacional crecerá o la sociedad podrá articularse. La madre de todas las batallas en contra de la impunidad se encuentra en la nueva estructura que tendrá la Fiscalía General de la República. La actual Procuraduría General de la República se convertirá, después de una larga lucha de sociedad civil, en una Fiscalía autónoma. Uno de los detalles centrales es quién será el primer fiscal autónomo que estará en su cargo por 9 años.
Esta discusión debería ser el gran tema en estos días. Para ello, organizaciones de la sociedad civil, activistas, defensores de derechos humanos, academia y sectores empresariales se han unido en varios colectivos que buscan una Fiscalía que sirva.
Estas iniciativas buscan que la Fiscalía General sea verdaderamente autónoma y el mecanismo de designación del fiscal sea transparente y participativo. El actual Procurador General de la República, Raúl Cervantes alias el #FiscalCarnal, no cumple con los requisitos para ser el nuevo Fiscal. Su cercanía con el PRI y el actual gobierno lo descalifican.
Si queremos un México de leyes, un México sin impunidad, un México que castigue la corrupción, un México sin que la ley esté del lado de los poderosos, un México para todas y todos, la Fiscalía General de la República y su fiscal autónomo son el primer paso.
Buena parte de la clase política no cederá si no hay presión social. El pacto de impunidad no morirá por voluntad política, tendrá que hacerlo desde la sociedad.
Para quienes preguntan ¿qué hacer? ¿Cómo involucrarse? Sigan y respalden el trabajo de #FiscalíaQueSirva #VamosPorMás #FiscalCarnal.
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