Día del niño y de la madre, nada que festejar

Así, juntos vienen el Día del Niño y el Día de las Madres. Unas festejan a otros y pocos días después se voltean los papeles. ¿Tenemos algo que festejar en México en estos días? ¿La situación de la niñez amerita un festejo?

Nunca más… ¿qué?

No me refiero a temas que son agenda tradicional en todos lados y todo el tiempo. Calidad y cobertura educativa, esparcimiento, salud, alimentación, vivienda y todo aquello que preocupa y ocupa al mundo. Me refiero a si las niñas, niños y adolescentes de este país tienen las condiciones mínimas de seguridad.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos acaba de publicar su informe “Violencia, niñez y crimen organizado 2016”. Me centraré en lo que dice sobre México.

Por lo menos hay 30,000 menores de 18 años que trabajan activamente con la delincuencia organizada. Realizan labores que van desde la extorsión, vigilancia, asaltos, trata, venta de productos ilícitos, narcotráfico y muchas otras. ¿Dónde está la sociedad y el Estado cuando estos menores son cooptados? ¿Recuerdan el caso del niño sicario? Todos estos menores son víctimas.

En muchos casos desde edades tan tempranas como los nueve años son integrados a los grupos criminales. Las y los más pequeños realizan labores de vigilancia o informantes, luego son utilizados para cuidar casa de seguridad y los cercanos a los 18 participan en actividades más violentas, incluso portando armas largas.

En la industria del narcotráfico participan en toda la línea del negocio: vigilancia, producción, distribución, venta e incluso como sicarios. Tan solo entre 2006 y 2010, más de tres mil niñas, niños y adolescentes han sido detenidos en operativos federales contra la delincuencia organizada.

Las cifras son frías pero se trata de una realidad que destruye vidas. Miles y miles de familias se encuentran desgarradas por esta realidad.

No es un fenómeno aislado, estamos ante un problema generalizado. En una encuesta nacional en 2012 en la que participó medio millón de niñas, niños y adolescentes entre 10 y 15 años, el 10% de los adolescentes de entre 13 y 15 años afirmaron haber sido contactados por grupos delincuenciales para unirse a ellos. En el análisis de los datos se concluye que el fenómeno se da más en hombres adolescentes que no asisten a la escuela. ¡1 de cada 10 menores de los que vemos en las calles ha sido seducido por el crimen organizado!

Por otro lado, las tasas de homicidio más altas se encuentran en jóvenes. Llegando al extremo de que se han registrado masacres contra menores. En las fosas comunes que aparecen por todo el país un porcentaje importante se trata de jóvenes e incluso niñas y niños. La violencia ha dejado a decenas de miles de huérfanos en el país. Otro fenómeno es el secuestro de menores migrantes. Estas son algunas de las condiciones en las que (sobe)viven millones de menores en el país.

Estamos acabando con el futuro del país. ¿Día del niño o día de la madre?