Esto es lo que sí, lo que no y lo que nuuuunca debes hacer para cuidar tus poros
Primero, lo primero…
Es básico que sepas que tus poros no puede cambiar ¡nunca! No es un músculo, así que no crece ni se hace más chico. Su tamaño está determinado por tu genética y muchos otros factores. Lo que si puedes hacer es que sean menos visibles.
Se cierran o se abren…
No se abren y se cierran como tal. Lo que sí es que pueden dilatarse dependiendo de cuánto sebo, aceites e impurezas los estén tapando y eso es lo que los hace ver más grandes. Y aunque algunos tratamientos ayudan, nada puede cerrarlos por completo, porque literalmente tu piel respira a través de ellos.
Los puntos negros son polvo en los poros…
Son una mezcla de suciedad, contaminación y grasa oxidada, de ahí el color. Aunque los puntos puedan parecer suciedad o polvo, es piel muerta y sebo que se ha ido acumulando con el tiempo y eso hace que se vean negros.
El protector solar tapa los poros…
Este es el mito más grande, y el peor de todos. Las fórmulas de los protectores solares han evolucionado con el tiempo, creando todo tipo de cambios en el Factor de Protección Solar (SPF), duración, consistencia y absorción.
Incluir estos productos en ingredientes en tu rutina de skincare te ayudará a limpiarlos.
Arcilla
Funciona como un imán, atrapa la suciedad y descongestiona los poros.
Tónico
De preferencia elige uno con AHA’s o BHA’s ya que este tipo de exfoliantes químicos ayudan a mejorar la textura de la piel.
Aparatología
Puedes visitar a un experto para algún tratamiento, pero también puedes tener un device en casa para hacer un trabajo diario.
Mascarillas
Aplícalas una vez a la semana para darle mantenimiento a la piel. De preferencia busca que tenga ingredientes como carbón activado, tea tree u otro que ayude a controlar la grasa y suciedad.
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