El Pueblo Mágico de Zacatecas que debes conocer

Un pueblito de Zacatecas donde se detuvo el tiempo, donde la verdadera tranquilidad reina, está a dos horas de Guadalajara, tras recorrer unos sorprendentes y naturales paisajes de carretera. Es Teúl de González Ortega.

“Como los de antes”, esa es la descripción más exacta para este lugar, no solo por su arquitectura, sino por su gente tan amable y costumbres que aun conservan.

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Teúl de González Ortega, “La morada de los Dioses”, Pueblo Mágico… caminando por sus calles, llegó un momento en que incluso llegué a pensar que era un pueblo de utilería por la paz que se vive al recorrerlo y la limpieza, como cuando están rodando una película. Si estás buscando un fin de semana de descanso, ¡ésta es la mejor opción!

Hay tres tipos de hospedaje, según los gustos:

1. Hostal Casa Posada María Carmen. Súper lindo, apto para visitar en familia o grupos grandes, ya que lo puedes hacer literalmente tu casa por una noche y como yo lo viví: pasar una noche de juegos en la comodidad de este rústico y colorido espacio, cuenta con área de sala y cocina. Está ubicado en el centro, así es que te puedes mover fácilmente caminando.

2. Hotel San Juan Bautista con un poco más de comodidades y jardines pero que también guarda un estilo propio y sus tarifas son bastante accesibles.

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3. Cabañas. Son tres para ser exactos, más o menos aptas para seis personas cada una. Están ubicadas en la Mezcalera de Don Aurelio, entonces hasta matas dos pájaros de un tiro, porque es uno de los lugares que te hospedes aquí o no, te recomiendo visitar: conocer sus instalaciones, conocer un poco de este mezcal con calidad de exportación y sus diferentes productos, como las cremas de sabores: coco, nuez, piña colada, maracuyá y piñón, degústalas frías y es un excelente souvenir para regalar o simplemente llevar a casa. Y tienen una botella decorada con arte hiuchol ¡PA-DRÍ-SI-MA!

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Prepárate para dar un paseo por la Presa La Ticuata en una de las trajineras, el costo es aprox. $250 pesos la hora y disfrutar de los paisajes al pie del Cerro del Sombrero, que si traes ganas de un poco de aventura, también puedes subirlo caminando y tomar unas fotos espectaculares.

Para conocer la historia del pueblo, hay guías certificados o incluso está el cronista de Teúl, Ezequiel Ávila, que pueden darte un paseo, para visitar la Parroquia de San Juan Bautista y subir a su campanario, los museos de la ciudad, su santuario, sus cantinas en desuso y si tienes suerte tal vez te toque visitar las ruinas arqueológicas. No dejes de tomarte la foto en el Callejón de las Trompadas, al estilo del típico: “Nos vemos a la salida”.

En cuanto a comida, todo tiene ese toque casero. No te puedes ir de Teúl sin probar las gorditas de horno, que son una mezcla de nata, jocoque, panela, entre otros ingredientes, montados sobre una hoja de roble y horneados en un hornito de leña, riquísimas. A mi me tocó probar las que hace Doña Consuelo, pero los domingos en el centro, hay muestra gastronómica, y ahí también puedes degustarla, así como el “pajarete”: leche bronca con un poco de mezcal y el agua de manzanilla, que no, no es la manzanilla del té que te imaginas, sino que está hecha de un fruto que parece una manzana chiquita. Por las noches visita la cenaduría de Doña Irma y mientras paseas por el centro, pasa por un helado a Piwi.

En fin, haz plan con tu familia o amigos y ¡lánzate a conocer Teúl De González Ortega!, solo una petición especial de mi parte: aprovecha lo que este sitio ofrece sin que, como turistas, alteremos esta serenidad que es su sello distintivo. Espero que lo disfrutes.