¿Soy yo o algo estaré haciendo para que mis relaciones amorosas no funcionen? Tal vez la clave esté en ciertos hábitos que arruinan tu relación de pareja
¿Sientes que tu relación de pareja va en picada, que se está enfriando o que las cosas con él o ella ya no andan bien? Las señales seguramente están ahí y no sabes por qué, pues agárrate, porque Mario Guerra, el rockstar del amor, nos revela que hábitos están envenenando tu relación.
El típico pensamiento de “a mí eso no me va a pasar” no sirve de nada, lo que tienes que preguntarte es “¿eso me estará pasando a mí?”. A lo mejor soy controlador, a lo mejor soy ansioso, a lo mejor soy muy explosivo y no te das cuenta porque no te haces preguntas de autorreflexión: ¿qué es lo que estoy haciendo o dejando de hacer que me está llevando al traste con mis relaciones?
A ver, no se trata de no quejarse, sino de quejarse de cosas que sí tienen solución. Si te quejas de cosas ajenas como: el calor, el frío, el ruido de la calle, la vecina, el perro, tu jefa, etc., el otro terminará harto y frustrado porque no puede hacer nada para resolverlo. Cuando se habla de algo que sí se puede modificar, se puede llegar a acuerdos; tal vez no te guste escucharlo, pero sé receptivo y encuentren juntos las soluciones.
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Te suenan familiares frases como “tú siempre haces lo que quieres”, “yo nunca puedo hacer nada”, “tú eres el que llega tarde”, “tú eres el que equivoca”, “fíjate quién empieza”, ese tipo de ataques directos, solo van a despertar enojo, resentimiento y vergüenza. Piensa, ¿tu pareja no hace las cosas bien o no las hace como a ti te gustan? Las críticas y la burla son más venenosas que las quejas porque sí son personales. Mejor ofrece oportunidades, da tu punto de vista, pero no te cierres.
Corregir o llevar la contraria también está llenando de veneno a tu relación. Si tienes algo que decirle a tu pareja para corregir o algo que no te gusta, hazlo en privado y con respeto, así terminarán jugando para el mismo equipo, sin nada de eso de estarse echando tierra el uno al otro. También es importante aceptar que no se tiene que estar de acuerdo en todo, eh.
Aguas con eso de ser controlador en tu relación. Primero que nada aprende a delegar cosas en la relación, una vez que lo hiciste, deja que tu pareja las haga a su manera, sí, chance y no son tal y como a ti te gustan, pero si vas a estar controlando todo, al otro se le quitan las ganas de colaborar. Deja que tu pareja te enseñe cuál es su manera, capaz que es mejor que la tuya.
Normalmente cuando una persona es muy ansiosa, se adelanta (y no siempre sale bien) para prepararse ante todo las catástrofes que pueden pasar. ¿De verdad es posible que todo lo malo que pueda suceder, pase? Sí, a veces sí, pero no es probable, ni inminente, ni inevitable.
En estos casos es importante atender tu ansiedat, porque no todos los problemas de pareja surgen en la relación, el catastrofismo y la negatividad normalmente ya se traen cargando desde antes de conocer a tu amorsss.
Cuando una relación muere envenenada realmente es trágico, así que trabaja en estos hábitos y pon sobre una balanza qué es más importante para ti, por ejemplo, ¿reclamar porque el perro se portó mal o estar en paz con pareja?
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