Aceptar que hay etapas en las que el sexo NO es una prioridad en la relación, es de personas realistas, pero ¡AGUAS!, tampoco dejes de echarle ganitas para que no se apague por completo la llamita...
Pasados los primeros meses (o años, si bien te va), empiezan los “dolores de cabeza” y los “estoy muy cansado”, dejando el sexo como en veinteavo plano. Toma acciones precisas, ten expectativas realistas y échale ganitas para recuperar la llama de la pasión con tu amorcito. Te decimos cómo encender la pasión con mi pareja.
Es ganancia haber sobrevivido el principio de una relación, y es normal que el deseo disminuya con el tiempo, peeero ya es suficiente bronca mantener la relación a flote, como para además estar pensando en sexo, ¿no? Pues no. Jugar, reír, perseguirse por la casa en calzones, en fin, ser cómplices se convierte en una tarea tan pesada que a veces desaparece. Esta es una de las situaciones importantes en una relación afectiva que SÍ o SÍ es necesario procurar.
Muchas veces la actividad sexual está sobrevalorada: si el sexo mejora, puede mejorar la relación, pero tampoco resolverá los problemas de fondo. Puede dar espacios de paz, porque al encender la respuesta sexual humana, tenemos al servicio de nuestro hermoso cuerpo, al hipotálamo y a la hipófisis, los narcofabricantes de drogas más potentes del universo y, básicamente, los hacedores de la felicidad humana.
Aclarado esto, ¿qué hace uno cuando ya se acabó la emoción y estás comenzando a olvidar lo que se sentía estar con esa persona que te emocionaba? Empiecen por sacar el sexo de la cama. Quizá lo más básico para una pareja que quiere regresar a la emoción del principio y olvidar por un ratito sus diferencias es salir del lugar común y en muchas ocasiones funciona.
Los juguetes sí sirven. La curiosidad que causa el uso de juguetitos es un gran aditivo para crear una complicidad en pareja. ¡En serio, son casi mágicos! Por lo menos, se van a carcajear intentando prender el mentado vibrador o descifrando dónde van esos huevitos mágicos. Y es que ese es el chiste, los juguetes permiten extender la capacidad de sentir, de divertirnos y de sentirnos alegres.
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Lo primero es entender que la sexualidad es una experiencia continua. La persona que fuiste cuando inició su vida sexual a equis edad, bajo tal circunstancia, ya no está. Lo mismo pasa con tu pareja sexual. Cada ser humano se diferencia por su actividad sexual, su desarrollo psicosexual, su impulso e, incluso, su preferencia sexual. De pronto las parejas que nos acompañan quizás quieran experimentar con juegos, personas o prácticas distintas. Habrá que escuchar, negociar y consensuar para saber cómo encender la llama de la pasión.
La mayoría de las disfunciones sexuales (oséase que no funcionen) de las parejas radican en la ausencia casi total de comunicación, ya sea por vergüenza, enojo, ira o resentimiento. Estamos acostumbrados al pudor, a pensar que el sexo es sucio y no hay que pedir, pero una vez que aprendamos a hacerlo, todos seremos mucho más felices.
Es difícil en estos tiempos competir con la tele, el celular, la chamba, las prisas. Resulta un enorme trabajo avivar relaciones, aumentar llamas y electricidad en los vínculos amorosos y sexuales, pero no debemos darnos por vencidos.
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