Llegó tu ansiado bebé a casa y... ¿ya ni te hablas con tu pareja? Te echamos la mano
Por Salomón Cohen
Aunque la llegada de los hijos es uno de los sucesos más gratificantes en la vida de una pareja, también puede generar mucho estrés, tanto que el psicólogo John Gottman asegura que cuando llega el primer hijo la satisfacción marital disminuye en un 70%. Adelantarse a situaciones que vivirán cuando el bebé esté en casa los hará estar más conscientes del momento que están por vivir y los preparará para enfrentar problemas o dilemas futuros.
La clave está en la comunicación
La mejor herramienta para prevenir peleas o resolver las que ya existen es la comunicación. Hablar de sus inquietudes, molestias y deseos será básico para que las cosas fluyan entre ambos. Y de preferencia, háganlo ANTES de que llegue el bebé, platiquen de sus miedos y preocupaciones para que no sea tanta sorpresa cuando ya lo tengan en casa.
El cansancio, la rutina y la falta de atención que se tiene para uno mismo y la pareja cuando el bebé es el centro del mundo, causará irritabilidad sin importar lo bien que estuvieran antes, así que nada como tener las antenas bien paradas para no engancharse en momentos de estrés.
Para que no se desgaste la relación hay que tener muy presente que lo que estás experimentando es solamente una etapa más de tu vida, y aunque parezcan eternas las noches en vela y todas las atenciones que demanda un bebé, con el tiempo irán cambiando y disminuyendo. ¡Te lo prometo!
¿Quién hace qué?
Estos desajustes en la rutina diaria pueden minimizarse si se determinan con anticipación las responsabilidades de cada uno. Deben hacer una lista (incluyendo las siguientes preguntas) y definir exactamente quién hará qué, porque cuando todos hacen todo, nadie hace nada.
Es importante que los papás participen de las labores de cuidado del bebé, pues la mayoría de las ocasiones la mamá es quien toma el control de todo lo relacionado al hijo y deja fuera a su pareja. Muchas veces no es por falta de ganas (y claro que no puede amamantar al recién nacido) sino porque las mamás creen que solo ellas pueden hacer bien las cosas y no es así. ¡Hay que delegar! Si no, además, cómo van a aprender.
Definir tareas tan simples les hará más fácil la vida y sobre todo les ayudará a evitar discusiones que no llevarán a nada bueno.
Dedíquense tiempo
No descuiden la relación íntima de la pareja. No solo hablamos del aspecto sexual, sino de comunicación y espacio entre ustedes dos. Sabemos que, sobre todo al principio, es muy difícil y esos primeros dos meses es casi imposible tomarse unos minutos para platicar, pero esos momentos son básicos.
Es muy importante también que ambos pidan ayuda, creemos que, sobre todo las mamás, deben poder hacer todo y no es así. Entonces si tienen familia, amigos o cualquier persona que los pueda ayudar a aligerar la carga, hablen.
Aprovechen cuando el bebé está durmiendo o el ofrecimiento de la suegra de cuidar un ratito al bebé y, aunque sea en la sala, tómense un café y platiquen. Se pueden ir al súper o hasta en el coche mientras la criatura duerme, pero HABLEN, no se la pasen en el celular o solo viendo la tele.
Y de verdad, parece que no, pero este momento va a pasar y mejor haberse preparado que acabar odiándose. Si en algún momento de la relación sienten que están atorados, busquen el consejo de un profesional. Porque la mayoría de los problemas de pareja son pláticas que debieron haber tenido y no existieron.
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