En memoria de las víctimas de los sismos de septiembre. En reconocimiento de las y los héroes anónimos.
Terrible coincidencia. El 19 de septiembre ha quedado de nuevo marcado de manera trágica en la historia nacional. A pesar de lo mucho que se quiera encontrar respuestas lógicas, místicas o divinas, no hay relación alguna entre la fecha y los sismos. Es una fatal coincidencia, nada más.
A pesar de esta similitud hay muchas diferencias entre 1985 y 2017. El primero tuvo como epicentro una zona entre Michoacán y Guerrero a más de 400 kilómetros de la Ciudad de México. El de esta semana fue a 137 kilómetros de la capital con epicentro entre Morelos y Puebla. Aquel fue de magnitud 8.1 y este de 7.1.
En 1985 el sismo fue 30 veces más poderoso (la medición es logarítmica), así que a pesar de la distancia ocasionó mucho más destrucción. Entonces se colapsaron en la capital cerca de 400 construcciones y ahora alrededor de 50. En ambos casos miles de construcciones quedaron dañadas y fueron y tendrán que ser demolidas o reparadas. En 1985 se reportó una cifra de 10 mil víctimas mortales, la realidad debió ser mucho mayor. Incluso el parque del Seguro Social, un estadio de Béisbol, fue utilizado como morgue ya que la crisis se encontraba desbordada. Ahora se registran alrededor de 300 muertes (desgraciadamente la cifra crecerá en los próximos días).
En aquel caso el mayor daño se registró en el entonces DF ahora Ciudad de México. Ahora el golpe fue recibido también en Morelos y Puebla. Lo vivido en días recientes se ve agravado ya que otro sismo fue sufrido en días recientes. El 7 de septiembre hubo un sismo de magnitud 8.2 que causo grandes daños en Oaxaca y Chiapas. El epicentro fue a 137 kilómetros de Tonalá, Chiapas a 700 kilómetros de la capital.
El del 7 de septiembre ha tenido más de 3 mil réplicas mientras que el del 19 tan solo algunas decenas. En 1985 se tuvo una réplica muy fuerte al día siguiente que también causó estragos.
Algo en común, en 1985 y ahora, ha sido la respuesta solidaria de la ciudadanía. Entonces sin muchas herramientas tecnológicas y ahora ayudados, a pesar de casos aislados, por las redes sociales, celulares y distintas plataformas de internet. También se han puesto a prueba las instituciones del Estado, ahora hay mucha mejor reacción institucional que en 1985 donde no aparecieron. Cabe decir que la presencia se ha dado de manera importante en la Ciudad de México, en Morelos y Puebla no se tiene la misma presencia, ni cerca. Allí se va a dejar apoyos y a tomarse la foto, no mucho más.
Ya son varios los golpes que hemos recibido como resultado de destares naturales. A pesar de que no son predecibles los sismos, sí estamos seguros de que seguirán ocurriendo. No lo hemos tomado con la suficiente seriedad.
La corrupción mata, el mal gobierno mata, la irresponsabilidad oficial mata, la voracidad económica mata, la mala planeación urbana mata, la marginación mata, olvidar regiones del país mata. Es necesario entenderlo y remediarlo. Perversa ha sido la utilización con fines políticos de la tragedia.
Sin dejar de ver algunos casos en que se aprovechó la tragedia para el robo, nos hemos probado una vez más que la solidaridad y el compromiso es parte de nuestra cultura. No debemos reservarlo exclusivamente para este tipo de tragedias. Requerimos más ciudadanía todos los días y hacernos responsables de nuestro destino como sociedad y país.
Jacobo Dayán
@dayan_jacobo
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