Se siguen amando pero los años mataron la pasión. ¿Amor de largo plazo y deseo están peleados?
Carlos y Ana tienen 18 años casados, dos hijos adolescentes y por las noches lo único que quieren hacer en su cama es dormir. Ana extraña el sexo clandestino en casa de los papás de Carlos de cuando eran novios y a Carlos le gustaría que ella lo sorprendiera una madrugada, los dos se preguntan ¿por qué entre más estable es la relación más lejanas se vuelven las ganas de un buen revolcón?
Esto pueden aprender de la plática “el secreto del deseo en una relación de largo plazo”, que Esther Perel, dio en Ted.com.
La historia que nos juega en contra
Antes se tenía sexo para preservar la especie, las mujeres pasaban la mitad del matrimonio embarazadas y vivíamos muchos menos años. Ahora no solo hay que cumplir con ser los mejores papás, amigos, exitosos, pareja, hijos, sino que además hay que ser buen amante, el sexo se ha vuelto el protagonista de las relaciones románticas y lo que Esther ha notado es que en todas partes donde el romanticismo ha entrado parece haber una crisis del deseo. Nos exigimos mezclar el agua y el aceite.
Que la pasión disminuya tiene toda una razón, al principio es necesaria para obligarnos a vincularnos con otro, pero una vez que cumplió su objetivo nos quita tanto tiempo y energía que no podríamos funcionar es por eso que cada vez la sentimos menos.
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Reconciliar los polos
A todos nos gusta sentirnos seguros, amados, estar en una relación estable nos da equilibrio, pero hay algo dentro de nosotros que tiene necesitad de aventura. El ángel y el diablito viven dentro de nosotros y asociamos de manera inconsciente estabilidad con aburrimiento y lo prohibido con lo erótico.
La cosa es que cuando nos casamos creemos que ya conseguimos el objetivo y cuando hablamos de desear es algo que todavía no tenemos, queremos lo que no tenemos. Para mantener el deseo tenemos que tomar distancia, no dar por sentado que el otro siempre está a nuestro alcance, cernos con nuevos ojos…
Cuándo somos más deseables
Cuando Esther estaba escribiendo Inteligencia erótica, visitó más de 20 países y le preguntó a la gente, ¿cuándo encuentra más atractiva a su pareja? La mayoría coincidió en sus respuestas:
• Cuándo están lejos; tiene que ver con la habilidad de imaginarse a la pareja, la imaginación es el mayor componente del deseo.
• Cuando veo a mi pareja radiante y segura; el mayor excitante de todos es verlo autosuficiente.
• Cuando nos reímos juntos; disfrutar el sentido del humor de su pareja o había novedad en su acercamiento. Novedad como forma ingeniosa de estar juntos.
El arma secreta
El deseo aparece si hay alegría, novedad, curiosidad, misterio, pero el arma secreta, lo que lo potencia es la imaginación. Somos los únicos de todo el reino animal que podemos excitarnos con solo anticipar lo que está por suceder. El típico de que ardes de ganas nada más de imaginar el faje que te darás cuando tu novio regrese de viaje.
Así que ahí está la clave, el deseo no tiene porque encenderse apenas te metas a la cama, es algo que vas trabajando durante el día y donde tu cerebro es tu mayor aliado. Fantasea, no censures tus pensamientos, para aventurarte tiene que ver con el trabajo previo que hagas para darte chance de imaginar.
Autoevaluación
Para sacar chispas u ver qué pasa contigo, contesta:
• ¿A dónde irías en el sexo?
• ¿Qué partes de ti conectas?
• ¿Qué buscas expresar en ese momento?
• ¿Te rindes?
• ¿Prefieres tener el control?
Completa las siguientes frases:
• Me apago cuando…
• Se me acaba el deseo cuando…
• Me excito cuando…
• Mis fantasías son…
• Siento deseo cuando…
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