La mente se protege de la ansiedad y realidades dolorosas, alterando y disminuyendo la conciencia.
La negación es un mecanismo de defensa, totalmente inconsciente, en donde la persona ignora, rechaza o distorsiona todo aquello que le lastima, le asusta, que no sabe cómo manejar, que le hace entrar en contacto con emociones que le abruman y/o que, de reconocer que algo está pasando, tendría que tomar decisiones consecuentes que no quiere tomar.
En este estado, la mente se protege de la ansiedad y realidades dolorosas, alterando y disminuyendo la conciencia. No es un auto-sabotaje; la persona no busca lastimarse, sino protegerse. La cuestión es que negar la realidad o hacer como que “no pasa nada”, no suele ser una actitud que resuelva los problemas.
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¿Hay distintos grados de negación?
La Dra. Darlene Lancer, psicoterapeuta, experta en relaciones de pareja y codependencia, dice que podemos tener hasta cuatro niveles de negación:
Primer grado:
Negación del problema, sentimiento o necesidad.
Segundo grado:
Lo admites, pero lo minimizas o racionalizas (argumentas lo que sea para justificar lo que pasa y hacerlo “comprensible”).
Tercer grado:
Lo dimensionas, pero niegas las consecuencias (no pasa nada).
Cuarto grado:
Reconoces que algo va mal, pero te rehúsas a buscar ayuda (bajo la creencia que el otro va a cambiar, que la relación mejorará por arte de magia o por el temor que la ayuda venga de la mano de una separación).
La negación no es ni buena ni mala; podemos decir que es:
Adaptativa
Cuando nos ayuda a aceptar una realidad dolorosa gradualmente para poder ajustarnos al impacto de un suceso.
Desadaptativa
Cuando bloquea de manera permanente o muy prolongada darse cuenta de un problema y este se deja crecer y empeorar.
¿Por qué sucede en una relación de pareja?
El “Sesgo de la verdad”. En donde nuestra habilidad para percibir la realidad y detectar mentiras se ve seriamente afectada cuando nos vinculamos románticamente a una persona.
Nuestros apegos. Si bien es cierto que el apego nos ayuda a crear un clima de estabilidad emocional en una relación, los apegos están menos enfocados a que uno sea feliz y más orientados a que dos personas se queden juntas. Si a esto agregamos una dosis de ansiedad, el estar juntos se vuelve una necesidad vital y la separación una amenaza para la integridad.
¿Quién es más susceptible de entrar en negación ante una relación que está muy mal?
¿Qué hacer?
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