Marco Antonio Regil es conocido por conducir programas de concursos como Atínale al precio y Cien mexicanos dijeron, pero también por siempre estar sonriendo. Conoce lo que hay detrás
Por Marco Antonio Regil
Con entrevista de Alexis Alanís
SIN UN ANTES Y UN DESPUÉS
Mi mamá era conferencista y mi abuelo fue uno de los fundadores de la radio en México, entonces crecí en una casa donde había una estación de radio y de chico jugaba, pero de alguna manera estaba practicando y aprendiendo. Yo decía, “esto es lo que voy a hacer”. Por eso cuando dije que quería dedicarme a esto, mi mamá me tomó muy en serio y fue cuando me dijo la frase que me marcó: “Mijito, todos tenemos sueños pero pocos están dispuestos a pagar el precio de alcanzarlos”. Yo practicaba y practicaba hasta que logré entrar a una estación de radio. Me fui de radio local a radio nacional y de tele local a tele nacional.
EL PÚBLICO NO ES TONTO
La gente se da cuenta cuando alguien dice la verdad y cuando miente. Para mí la clave es que siempre he sido muy transparente con mi vida: cuando las cosas están bien, cuando las cosas están mal, cuando estoy triste, cuando estoy contento… y hasta la fecha. He sido muy espontáneo, como que no tengo muchos secretos, entonces la gente me conoce tal cual y eso lo he aprendido en radio y en eventos en vivo. De repente algunas personas me decían: “oye, eso que dijiste yo lo he pensado pero no me atrevería a decirlo”, pero yo sí lo digo.
TODOS TENEMOS UN CONSENTIDO
Atínale al precio es el mío. Veías las historias de la gente cambiar en minutos. Primero, el momento en el que escuchabas: “baja y atínale al precio”. Y bajaban, llegaban, estaban todos lampareados y de repente, ¡pum! le atinaban al precio del artículo y pasaban a jugar otra cosa y les salía un viaje o … ¡un auuuuto! Y en tres minutos su vida cambió. O sea, en un segmento de cinco minutos podías ver un cambio, la cara de la gente cuando el premio era ¡un auuuuto! Además de los brincos, los abrazos, las emociones. Si me dijera cualquier plataforma, vamos a hacer un programa de televisión, ¡Atínale al precio es el que me gustaría volver a hacer! ¿Netflix, estás leyendo? #IdeaMillonaria #PónganseLasPilas
LOS PROGRAMAS DE TELEVISIÓN SON COMO LA FOTO
En la fotografía tienes que tener tu lado artístico para captar una imagen que te mueva una emoción, pero también el otro lado frío y calculador, el matemático, para lo técnico. Ser conductor de televisión y de radio es exactamente igual. Por un lado tienes que cumplir con un tiempo, tienes tantos minutos para hacer una sección y en esos hacer un call to action, pero también pedir un donativo y al mismo tiempo mandar a comerciales o presentar tal y cual cosa. Entonces, tanto tu parte del cerebro que está en lo técnico como la otra parte de tu mente, la creativa, la sensible y vulnerable, deben estar trabajando en conjunto. La verdad sí es una maestría combinar la parte técnica con el corazón.
A CUALQUIERA LE PUEDE PASAR UN “PEDRITO SOLA”
Jajajajajaja, me cae muy bien Pedrito. De verdad que cuando lo vi, no pude sentir más que compasión porque a cualquiera nos puede pasar, literalmente a cualquiera. Qué tal cuando le cambiamos el nombre al concursante o que decimos “hola, Mexicali” y estamos en Tijuana, creo que es la peor pesadilla de cualquier conductor de televisión. Es uno de mis temas favoritos, porque sucede cuando no estamos presentes, cuando nuestra mente está preocupada, distraída, estresada y no estás en el momento presente; entonces es cuando entra nuestro subconsciente y hace las cosas en automático.
HASTA AL MEJOR CAZADOR SE LE VA LA LIEBRE
Mi peor oso en televisión fue en Cien latinos dijeron, en Los Ángeles. En un programa había una familia con una chica sinaloense guapísima. Desde que la vi dije “ahh, qué hermosa y qué guapa está”. Al aire hubo hasta como coqueteo, pero antes de empzar el programa, les dije a las modelos “mira qué guapa”. Entré y como yo estaba pensando en ella -se llamaba Ashanti-, en vez de decir “vamos con la familia López”, dije: “la familia Ashan… López…”. Y ues como yo había estado muy coqueto con ella, todos se habían dado cuenta y empezaron con su “áaandele, mire”. Yo me puse rojo y todos me molestaron, pero más allá de eso, nada. Pero sí toco madera que no me pase con un patrocinador.
UN GAME SHOW EN REALIDAD ES…
¡El original y verdadero reality show! Porque es lo más real que puedes ver en televisión. Es donde la gente del público participa y a diferencia del reality no tiene guion, porque para quien no sepa, un reality tiene líneas, está dirigido, les piden que digan cosas, los editan y hacen tooooda una historia que de real no tiene más que un porcentaje. En cambio, los programas de concursos, además de que existen desde hace mucho tiempo, se ponen de moda, aparecen y desaparecen pero nuuunca se van a ir. Son el lugar donde ves a gente real sin saber lo que se les va a presentar, compartiendo a cuadro y siendo ellos mismos.
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