¿Cuál es el famoso “cuerpo de bikini”?

¿Es que acaso para usar un bikini es necesario tener un cuerpo con un porcentaje de grasa extremadamente bajo, un tamaño de busto, cintura y cadera establecido o una firmeza de la piel impresionante?

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Por: Liliana Martínez Lomelí

Cada año, una vez que llegan las vacaciones de verano, una constante en algunas publicaciones dirigidas principalmente a las mujeres tienen títulos del tipo “Los 10 ejercicios para obtener un cuerpo de bikini”, “Dieta para un abdomen plano para el verano”, “Luce un cuerpo de bikini con estos consejos” entre otros titulares por el estilo.

Pero a todo esto ¿cuál es el cuerpo de bikini? ¿Es que acaso para usar un bikini es necesario tener un cuerpo con un porcentaje de grasa extremadamente bajo, un tamaño de busto, cintura y cadera establecido o una firmeza de la piel impresionante? La cuestión detrás de este tipo de publicaciones no es que sea un problema que las personas quieran cuidar su cuerpo. Este tipo de publicaciones resultan problemáticas porque perpetúan la idea de que las mujeres pueden mostrar el cuerpo siempre y cuando este sea acorde a las normas estéticas y de belleza preponderantes.

De esta manera, detrás de una supuesta norma para estar bien y sentirse bien, está una necesidad de encajar en los cánones y normas de belleza corporal impuestas socialmente. La cuestión es que las normas corporales parecen ser inalcanzables, incluso para aquellas personas que supuestamente reunirían todos los criterios. Es un hecho establecido sobre todo las mujeres, presentan insatisfacción hacia su cuerpo. En muchas ocasiones, las mujeres se suelen quejar porque ciertas partes de su cuerpo no lucen como les gustaría que lucieran, independientemente del ejercicio o de la dieta que hagan o no hagan.

Sumado a esto, en se agrega el factor de las redes sociales, que en la actualidad son sumamente visuales. Miles de fotos con cuerpos que parecen perfectos son publicadas diariamente en redes. Se ha demostrado que en muchas ocasiones, el hecho de pasar mucho tiempo en redes sociales viendo vidas “perfectas”, viajes “perfectos”, comidas “perfectas” y cuerpos “perfectos” no hace más que incrementar el nivel de insatisfacción en relación con estos aspectos. Lo que hay detrás de esas fotos en algunas ocasiones, son filtros, retoques y poses favorecedoras. En otras ocasiones, si bien se trata de la realidad, se reafirma la idea de que el cuerpo de las mujeres tendría que lucir de cierta forma y no de otra.  Incluso, algunas de las mujeres que se acercan más a estos cánones de “perfección”, se encuentran insatisfechas porque sentirse bien en su propia piel no es un proceso que pasa única y exclusivamente por el hecho de tener un cuerpo que se acerque a un prototipo de cuerpo perfecto. La satisfacción viene también de un estilo de vida saludable que incluye a este respecto, una higiene de salud mental para poder estar satisfechas y contentas con nosotras mismas, que somos más que un cuerpo.

Este aspecto problemático detrás de la idea del cuerpo de bikini es una cuestión que ha sido notada ya por diferentes voces femeninas, que en modo de protesta han subido sus fotos orgullosas de sus cuerpos tal como son, posando en bikini. En muchas ocasiones, estas fotos muestran a mujeres que demuestran que para ser bella no se necesita ser talla cero, que la belleza también viene de la seguridad y actitud. Resulta paradójico incluso recordar que el bikini fue una prenda que nació en un contexto en el que se buscaba la liberación de ciertos cánones de vestimenta impuestos sobre las mujeres: abogaba por su derecho a vestir lo que quisieran: tapadas o destapadas, es derecho de todas sentirse bien en su propia piel.

Esta presión sobre el cuerpo de las mujeres es un hecho social, es decir, va más allá de nuestro poder individual el poder sentirnos bien con nuestro propio cuerpo, porque finalmente todas vivimos en sociedad. Lo que sí podemos empezar a hacer, es reflexionar sobre lo que existe detrás de todos estos mensajes que de manera implícita, nos crean la idea de un ideal corporal que en muchas ocasiones es inalcanzable. La cuestión tampoco es tampoco tener la obligación de usar un bikini si no te hace sentir cómoda. El punto es que sentirse bien con su propio cuerpo, más allá de lo que las normas estéticas dictan, es un derecho y un privilegio que todas deberían de tener. Si se mantiene un estilo de vida saludable que incluye la realización de actividad física, una buena gestión del estrés y una alimentación que satisfaga no sólo tus necesidades de salud, pero también sus funciones sociales, culturales y emocionales, el hecho de tener un cuerpo casi perfecto tendría que venir como algo secundario.

En toda esta concepción de estilo de vida saludable el cuerpo es pues, el medio y no el fin para poder lucir un bikini en la playa.

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Equipo moi.

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