Te ayudamos a controlar, pero también a financiar tus arranques
Presupuestar tu vida te permite no vivir en constante pánico de tus impulsos. No te decimos que nuuunca te des un gustito ni que de vez en cuando te dejes ir, pero sí que aprendas a hacerlo para que no vivas en la angustia.
HAZ UN FONDO
Darte un lujo calculado no solo es sano para tus finanzas, también para tu mente. El vivir castigado y contando chiles hace que te desanimes, que te desmotives de trabajar de sol a sol y que, cuando tengas un impulso, te pases de lanza y afectes gravemente tus finanzas. Separa dinero a consciencia cada mes, escoge los lujos en los que quieres gastar y usa solo ese dinero. Pero también, si te topas con una ganga irresistible, toma de ahí el dinero y vuelve a empezar.
QUE SEA DURADERO
Precisamente si es un lujo, no es una necesidad. El chiste es escoger qué lujo te va a dar más gusto durante más tiempo. Si te compras unos zapatos divinos de $10,000 pesos que solo vas a usar una vez porque te sacan ampollas, mejor que tu lujo sea tu cafecito de $100 pesos todas las mañanas. Pero si esos zapatos están comodísimos y los vas a usar para todos las bodas del año y más allá, mejor ahórrate el cafecito durante un tiempo.
EXPERIENCIAS TAMBIÉN
Bien dicen que ningún gasto te hace más rico que viajar, ¿no? Lo mismo aplica para toda experiencia que te enriquezca y genere buenos recuerdos. Si te vas de viaje, busca algo extra que lo haga diferente y ponte creativo, a veces es mejor gastarse una buena lana en una clase de cocina de lujo con tus cuates que en un restaurante con una estrella Michelin. En el número de febrero 2020 te damos los mejores tips para el viaje.
DEFINE LO QUE AMAS
Es importante saber a ciencia cierta cuáles son las cosas que más amas, versus las que solo te gustan. Escoge tres áreas que verdaderamente ames y haz un análisis de en qué estás gastando más o de los lujos que te estés dando. Por ejemplo, si te la vives comprando ropa, pero lo que más amas es la comida, te vas a dar cuenta de que tu hábito de shopping, te está privando de ir a los mejores restaurantes de la ciudad. Elige y enfócate.
PONTE REGLAS
Aun cuando tengas tu fondo y tus compras de “impulso” sean bien pensadas, no siempre son lo más conveniente. Antes de darte ese lujo, piensa en qué estás dejando de hacer si lo compras. Tal vez eso va a salir de tu fondo, pero no has acabado de pagar la tarjeta, ¡mal! Funciona muy bien que te pongas una meta como, “hasta que no acabe de pagar mi tarjeta, no me doy ese lujito”. Otra vez, aunque el dinero venga de diferentes lugares.
AGUANTA VARA
Siempre es buena idea consultarlo con la almohada. Incluso cuando sea un gasto calculado, distanciarte de lo que quieres te ayuda a estar cien por ciento seguro de que estás dispuesto a pagar el precio. Lo más probable es que, si era una buena idea o es algo que te va a hacer muy feliz, te sigas sintiendo igual al otro día. Además, eso te va a ayudar a controlar tu manera de gastar, en general.
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