Tus dedos hablan, ¿puedes oírlos? Parte 2

Aquí puedes ver la primera parte del significado de tus movimientos.

Aunque no lo creas a veces resulta riesgoso tener dos manos, y lo que es peor, que cada mano cuente con cinco dedos.

Tu cuerpo también habla y debes saber cómo controlarlo y comunicar tu mensaje correctamente.

Cuando te diriges a otra persona, ni rígidos juntos ni rígidos separados, los dedos de la mano deben actuar con naturalidad y siempre formando parte de tu campo visual.

Los dedos pueden distraer a quien te escucha cuando con ellos imitas señas, representas figuras, o juntándolos, ofreces imágenes que se asocian a mensajes diferentes de los que quieres transmitir.

¿Qué no debes hacer con tus dedos?

No encojas los dedos moviendo la muñeca como si estuvieras a punto de arrojar los dados. La gente deja de verte para ver dónde cayeron.

No cierres la mano dejando libre el dedo índice para que señale. Se ve muy feo, se siente peor, y cuando tus dos índices señalan no hacen pensar algo bueno.

Te interesa: ¿Qué hago con mi voz?

No enumeres con los dedos a menos que puedas llevar la cuenta. Muchos la pierden, que no te pase. ¿En cuál íbamos? Pones cuatro, pero hablas de tres.

No mantengas los puños cerrados y no des puñetazos al aire. Nos asustas porque asociamos ese gesto con violencia. Provocas temor o más violencia, cuidado.

No cierres meñique y anular para con el índice y el cordial hacer como que sostienes una jeringa. Parece que vas a disparar con el pulgar, nos sentimos amenazados.

No juguetées con lápices, plumas, envolturas de dulces, etc. Nos dice que estás nervioso, tenso, que algo te molesta y no puedes disimularlo.

No te agarres ni te aferres a una mesa a un pódium. De plano estás tenso y quienes te vemos ya lo sabemos, tú nos lo dijiste con tus dedos.

Cuida tus dedos, que no se muevan como se les antoje, sé consciente de qué haces con ellos, de qué señal nos mandas cuando acompañan tus palabras.