centro de atencion

¿Imitas o eres auténtico?

¿Eres auténtico o copias todo para ser aceptado?

Compartir

La habilidad que tiene una persona para relacionarse con su entorno es una de las bases importantes de la Inteligencia Emocional. Un buen relacionamiento implica poder convivir en diferentes escenarios de una manera sana y de la forma más armónica posible.

Insisto y seguiré insistiendo, armonía no significa estar con una cara de emoji  happy face todo el día. La armonía implica gestionar con paz; y si hubiera algún evento que sobrepasara tus emociones, ya fuera de manera positiva o negativa, tener la capacidad de volver a tu equilibrio emocional auténtico, lo antes posible.

Me parece triste ver a individuos queriendo aparentar ser alguien más cuando en esencia ellos “son otros”, la falsedad en su forma de ser se nota desde lejos; quizá en su forma de vestir, actuar, de manejarse, etc. Lo falso se nota, al igual que las imitaciones baratas de mercancías que venden en el mercado de la piratería, igual, la gente falsa es evidente.

Pero entonces ¿será que cada uno de nosotros hemos sido falsos en algún momento de nuestra vida? Sin duda ¡sí!, todos, pero justo aquí quiero hacer una distinción importante; una cosa es que haya un proceso de imitación para poder desarrollar ciertas habilidades con la genuina intención de mejorar en algo y, otra cosa muy diferente, es que haya un simple proceso de imitación por querer copiar a alguien. Te pongo un ejemplo:

Un chico recién salido de la universidad que está comenzando su experiencia en un mundo corporativo o profesional, puede ir a diferentes juntas y ver cómo se desempeñan otros ejecutivos dentro de la reunión. Si éste muchacho tiene el objetivo de desarrollar habilidades de un ‘senior manager’, tratará de ir adoptando las conductas que vea en otras personas, que en perspectiva sean convenientes para su crecimiento profesional. Pensando que esto lo hace de manera consciente, está perfecto, porque las personas que él identifique como ‘modelos de acción’ le estarán marcando el rumbo. Entonces, imitar conscientemente y con un objetivo claro, está perfecto.

Pensemos ahora en otro caso. Un chico llega al escenario anterior, pero comienza a imitar a otros sólo por aceptación, sin rumbo claro de qué quiere hacer o en quién convertirse. Si éste chico no tiene claro lo que quiere, irá adoptando criterios, modas, formas de gestionar y comportamientos sin esencia real. Por lo tanto, fácilmente podrá cambiar de opinión, dará ‘bandazos’ de un criterio a otro perdiendo credibilidad ante los demás. Por lo que entonces, este chico al imitar sin tener un objetivo claro será percibido como alguien que cambia de decisión o formas según con quién esté.

Entonces ¿qué te propongo el día de hoy?, te propongo que si quieres desarrollar habilidades, disciplinas o formas que sabes que son necesarias para tu crecimiento en cualquiera de los cinco roles, identifiques a alguien y lo tomes como modelo a seguir. Si están en una reunión, observa cómo se desenvuelve, cómo responde ante su entorno y haz un comparativo de cómo lo habrías hecho tú, después de éste análisis haz los ajustes necesarios en tu desempeño.

Si te das cuenta de que estás imitando a alguien sin ‘ton ni son’, ya vas de gane, ahora clarifica hacia dónde quieres ir, identifica un modelo que vaya acorde con tu visión de crecimiento, comienza a imitarlo de una manera controlada y consciente. Verás que tener un modelo a seguir será muy útil en el camino del desarrollo. ¡Haz que suceda!

¿Te gustó esta nota? Califícala

1 Star2 Stars3 Stars4 Stars5 Stars (7 votes, average: 4.29 out of 5)
Loading...

Sé el primero en comentar este artículo

Dejar una respuesta