A muchos les cuesta el mismo trabajo despertarse para llegar al trabajo que apagar la computadora e irse. Mucho más ahora, que estás en tu sala trabajando y no tienes ni a dónde irte
Durante estos meses en un principio todos nos mostramos flexibles y dispuestos a colaborar conforme se nos iba pidiendo, pero de repente nos comenzamos a dar cuenta de que ya no teníamos tiempo fijo para comer o para “salir” de trabajar. Nos dimos cuenta que debíamos estar disponibles prácticamente todo el tiempo, ya fuera por mensajes de texto, Zoom, Google Meet o por el medio que fuera.
Nuestro celular se volvió una herramienta de trabajo y pareciera que ahora estábamos trabajando más que cuando íbamos físicamente a la oficina. Y es que una de las habilidades que a muchos ejecutivos les falta por desarrollar es saber poner límites en su entorno laboral.
Saber decir que “NO” es todo un arte y muy pocas personas saben hacerlo. Lo digo con los más de 15 años que llevo como coach: es el talón de Aquiles de muchas personas y provoca muchas ineficiencias y conflictos en el ámbito laboral.
Unos dicen que “NO”, pero en la forma incorrecta, son etiquetados como los que no saben colaborar ni trabajar en equipo; por otro lado, hay personas que al contrario, siempre dicen que “SÍ” a todo y a todos, y por hacerlo, acaban sobresaturados de trabajo, con una agenda desbordada y muy mal organizados.
Pues entonces más vale comenzar a poner límites y aprender a decir “NO” con estilo y estrategia.
Para eso te sugiero estos cuatro sencillos pasos para comenzar a poner orden en este aspecto:
RESPETA HORARIOS: Trabajar desde casa NO quiere decir que estás semi de vacaciones, tienes un horario por cumplir. Aunque no tengas que presentarte en una videollamada, arréglate y puntualmente empieza a la hora que te toca.Y no solo prendas tu computadora a las 9 am pero te vas a la cocina por cafecito o a desayunar, sé productivo desde el inicio.
Respeta tus horarios como si estuvieras físicamente en la oficina, porque aunque no lo estés, estás. Solo si eres cumplido durante toda la jornada podrás comenzar a poner límites en cuanto a horarios. Si eres puntual para llegar, eres productivo durante todo el día, entonces podrás comenzar a ser más estricto en poner límites y horarios fuera de la jornada laboral.
RECONOCE: Si dan las 8:00pm y no has entregado lo que te tocaba, lo más probable es que te sigan buscando de la chamba para ver a qué horas.
DESCANSA: Para poder ser productivo en tu horario, establece tiempos de descanso también, es decir, por cada 40 o 50 minutos de atención plena a tu trabajo, tómate 10 de descanso o recreo. Con esta recomendación asegurarás que tu tiempo efectivo de trabajo sea sumamente productivo y enfocado.
RECONOCE: Si te avientas dos horas seguidas sin pararte ni al baño, estirarte o ir por un vaso de agua, te vas a sentir tan cansado mentalmente, que las horas que siguen no vas a ser productivo.
PRIORIZA: Pon en orden de importancia y caducidad tus actividades. Importancia tiene que ver con quién te las pidió y qué repercusiones tiene hacerlas o no a tiempo, y caducidad tiene que ver con qué tan pronto vence el plazo límite para terminarlas.
RECONOCE: Es normal que a veces no termines todo en un día, pero si vas pateando lo más difícil (que puede ser importante y/o urgente) y no lo terminas a tiempo, lo más seguro es que te tengas que desvelar.
PERO DI QUE NO
Primero deberás ser muy cuidadoso en tu tono de voz y comunicación no verbal, pues no es fácil responderle a alguien que no sin que se sienta ofendido o enojado. Con esto me refiero a negarte pero de una manera atenta, educada y sutil, y siempre deberás dar al menos una posibilidad de ayuda o forma de resolución. Algo así como: “me encantaría ayudarte pero esa no es mi área y a lo mejor puedes recurrir a fulanito para que te ayude” o “qué pena no poder ayudar ahora, tengo otros temas pendientes y lo que me pides pudiera resolverlo dentro de dos días, ¿te parece?”.
RECONOCE: muchas veces decimos que sí a todo porque la buena disposición también nos hace valiosos, pero nos metemos en camisa de once varas y al final quedamos peor con cosas que no podemos cumplir.
Los límites no tienen que ser tajantes ni absolutos. Se vale a veces trabajar más tarde como también se vale a veces decirle a tu jefe que si lo pueden ver mañana. Esta confianza se va construyendo cuando creas una imagen profesional de alguien que tiene control y buena administración de su tiempo y es cumplido con sus responsabilidades. Esto te va a permitir darte el lujo de poner límites y los demás sabrán que eres alguien cumplido y entregado en su trabajo dentro de los horarios “permitidos”.
Recuerda que donde no hay orden, no hay progreso.
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