Deja de meterte el pie con actitudes tontas que, sin darte cuenta, tienes diario en tu trabajo
1. No arriesgarse
Toma riesgos, si tú no crees en ti, menos lo harán los demás.
2. No negociar
No solo el salario, también proyectos, horarios y responsabilidades. Ten claro tu objetivo, lo que ofreces a cambio y habla. Lo peor que puede pasar es que digan que no.
3. No pedir ayuda
No importa si estás dentro o fuera de la empresa, lo que sí es un hecho es que si tú no haces el esfuerzo por preguntar y aceptar que te caería bien una ayudadita, nadie te la va a ofrecer como caída del cielo.
4. No pasar de la palabra a la acción
Métele velocidad empezando por hacer listas:
-Al final de cada día de trabajo escribe las seis cosas más importantes que tienes que hacer al día siguiente (no más de seis)
-Después organiza estas seis cosas en orden de importancia
-Al día siguiente concéntrate solo en el primer pendiente de la lista
-Trabaja en él hasta terminarlo y solo después pasa al segundo. Haz lo mismo con cada tarea y no te saltes ninguno
5. Ignorar las redes sociales
Claro que pueden ser una distracción, pero si sabes usarlas, tienen ventajas: puedes compartir tus logros, fortalecer tus relaciones, vincularte con personas que hacen lo mismo e informarte de la competencia.
6. Quedarte callado
Muchas veces te quedas callado porque “no vayan a decir que soy mandón”. Deja de hacerlo porque la acusación está diseñada precisamente para que no abras la boca.
7. Pedir y pedir opiniones
No te estás probando un vestido. Cuando tomes decisiones evita preguntarle al primero que pase si cree que estás bien.
8. Esperar que los demás adivinen qué quieres
Trabajo, sueldo, lo que sea. Solo sé prudente con el timing cuado se trate de alguna petición importante.
9. Hacer la chamba de los demás
Deja de ofrecerte para hacer tareas poco importantes. Identifica cuando alguien te delega una tarea que no te corresponde y aprende a decir “no” sin culpa.
10. Querer caerle bien a todos
Entiende desde ahora que no le vas a caer bien a todos. Punto. Lo que debes hacer para lograr un equilibrio es reconocer la diferencia entre caer bien y ser respetada.
11. No hacer preguntas por miedo
Cuando estés en una reunión, confía en tus instintos. Si algo no te parece claro, lo más probable es que lo sea.
12. Preocuparte de más por ofender a los demás
Si tienes que decir algo difícil, suaviza las cosas empezando por: “lo que te voy a decir no es fácil”. Deja de disculparte porque solo te hace parecer inseguro e incapaz.
13. Buscar la perfección
Ya te hemos dicho mil veces que la perfección es una neurosis, que no existe y que solo te hace perder tiempo, así que reduce las horas que pasas haciendo una tarea para ser menos perfeccionista y aumenta tu productividad.
14. No pedir o ignorar retroalimentación
Esto no es igual a andar pregunte y pregunte si lo que haces está bien o mal, pero nunca está de más sondear si lo que haces está siendo lo suficientemente efectivo. No te pongas de tapete pero tampoco te cierres; no digas: ¿cómo voy?, mejor pregunta “¿en qué puedo mejorar?”.
15. Poner el trabajo primero que nada
No hagas de tu trabajo tu vida. Si no te queda tiempo para ti, algo estás haciendo mal. No canceles planes porque estás tapada de trabajo, mejor aprende a administrar tu tiempo. Si pasa una o dos veces, tampoco importa, pero sal, despabílate, relájate, piensa qué es más importante a largo plazo.
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