Motivaciones para tener hábitos saludables

No te quedes con los obstáculos, encuentra soluciones para cambiar hábitos y tener una vida más saludable.

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No es secreto que México es el lugar con mayor porcentaje de obesidad, y para contrarrestar ese problema han surgido numerosos programas y alternativas para mejorar la alimentación y salud física. Sin embargo todos sabemos que no existen remedios mágicos; la dieta y el ejercicio son la solución para bajar esos kilos de más.

Pero ¿por qué nos es tan difícil mantener un estilo de vida saludable y apegarnos a ese ritmo? Nadie dijo que fuera fácil, pero tampoco es imposible. Lo ideal es acudir con un nutriólogo para que te enseñe a alimentarte y registre tus avances, pero en ocasiones nos hace falta el ingrediente principal: la motivación.

Puedes tener una dieta excelente y un plan de entrenamiento muy completo, pero lo primero que debes trabajar antes de empezar es en tu actitud hacia este cambio de hábitos, para que te asegures de no tirar la toalla antes de ver los resultados que tanto esperas.

Para empezar, debes hacer un análisis de tres aspectos principales: el problema real, la meta a lograr y tus comportamientos.

Paso 1: Identifica el problema.

¿Qué es lo que te está impidiendo comprometerte con un nuevo estilo de vida? Quizás sea que estás posponiendo el inicio de tus nuevos hábitos para “mañana”, o aun peor “para el lunes”, y ese día parece nunca llegar. O quizás se trata de tu estilo de vida, por ejemplo si tu ritmo es ajetreado y te encuentras con poco tiempo para conseguir alimentos saludables. O puede ser que en casa tu familia está acostumbrada a consumir alimentos que no van de acuerdo a la dieta que deberías seguir. Es posible que un poco de todo en cierta medida. Primero identifica esas barreras o “problemas” que no te están permitiendo llegar a tu meta.

Paso 2: Visualiza.

Imagínate que un día te despiertas y milagrosamente esos kilos de más han desaparecido. ¿Qué es lo que harías con tu día? Seguramente desayunarías un grupo de alimentos saludables para después hacer ejercicio e iniciar tus actividades. Durante el día realizarías pequeñas comidas sanas y ricas en nutrientes. ¿Cómo te sentirías a cada paso? Probablemente con mucha energía, satisfecho y orgulloso de continuar tu estilo de vida saludable para mantener tu cuerpo en un estado deseado. La idea es que identifiques todos los aspectos de ese día y hasta el más mínimo paso que te estaría ayudando a mantenerte con la salud y condición física que quieres.

Paso 3: Encuentra diferencias en tu comportamiento.

No siempre te excedes en los alimentos, no siempre rompes la dieta. Te aseguro que a veces sí la sigues, te moderas y consumes alimentos sanos. ¿Qué fue diferente esas veces? ¿Cómo lograste medir tu consumo y respetar las cantidades? Revisa minuciosamente. Quizá fue algo en tu estado de ánimo, quizá planeaste desde el inicio de tu día lo que ibas a consumir, quizá preparaste los alimentos tú mismo. Analiza qué fue diferente en tu comportamiento que hizo que lograras cumplir con tu dieta y rutina de ejercicio.

Esta información que has identificado es la mitad del camino para lograr llevar un estilo de vida saludable. Ahora lo siguiente es utilizar estos datos y realizar un plan en cinco pasos:

1. Ya revisaste qué barreras son realmente las que te detienen y en qué medida, ahora es momento de establecer soluciones. Platica con tu familia y pide su apoyo para lograr tus metas. Despierta un poco más temprano para preparar tus alimentos y asegurarte que comas lo necesario. Empieza ahora, aunque sea martes, ¡no importa la fecha! estarás más cerca de lograrlo en cuanto empieces.

2. Si puedes visualizar tus logros, puedes llegar a ellos. Al imaginar que al despertarte habías llegado a tu peso ideal, ya identificaste qué marca la diferencia cuando estás tratando de cambiar tu estilo de vida, ahora es momento de actuar ese milagro. Sigue cada uno de los pasos que imaginaste que darías para mantener tu peso. Tu recompensa será esa sensación que visualizaste antes cuando mantenías tu régimen durante todo el día. Si puedes imaginarlo, puedes sentirlo

3. Siéntete seguro de que no eres un caso perdido porque ya encontraste que existen ocasiones cuando aciertas en el cuidado de tu alimentación y/o en tu actividad física. Eres capaz de hacerlo, puesto que ya lo has hecho antes. Haz más de lo mismo que te llevó a cuidarte. Ponte en esas situaciones que antes te ayudaron para sentirte motivado

4. Establece metas a corto plazo. Muchas veces cuando vemos el resultado final o la meta que queremos alcanzar nos abrumamos por lo lejano y difícil que nos parece llegar allá. Lo que te propongo es que mires los pequeños pasos e identifiques los cambios minúsculos necesarios para ir avanzando poco a poco un escalón más. Todas las mañanas camina hacia la meta de seguir tus hábitos saludables sólo por ese día. De esta forma podrás felicitarte por haber logrado una meta más.

5. Realiza un checklist diario a la que recurras para mantenerte en el camino hacia tu meta, que incluya algunos de estos puntos:

  • Hoy me he mantenido dentro de mi dieta y de las calorías adecuadas para mí.
  • Hoy fui consciente de mis alimentos
  • No cedí ante las comidas que me disparan el apetito de consumir más calorías
  • En las últimas 24 horas realicé alguna actividad física
  • Pasé tiempo relajándome con algo diferente a la comida
  • Pasé tiempo realizando actividades no relacionadas a la comida

Después de estos pasos verás que puedas lograrlo si de verdad te lo propones y te comprometes contigo mismo. No te quedes con los obstáculos, encuentra soluciones.

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