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Hemorroides y lo que nadie te dice sobre ellas

Primero muerto que aceptar que las tienes, ¡deja de aplicar el "es para el primo de un amigo". Son más comunes de lo que crees y sí, pueden llegar a ser un infierno

Revista moi

¿Sientes un pesar terrible cada que sabes que tienes que ir a hacer del dos? ¿oyes hablar de hemorroides y te pones rojo, pero nunca aceptarías que las tienes? O peor, ¿ni sabes qué tienes y crees que la sangre es porque comiste betabel?

A ver, primero que nada tienes que saber que todos tenemos hemorroides. Sí, son venas que se localizan en el conducto del ano y forman parte de la anatomía y fisiología de esa región. O sea TODOS tenemos. Y como cualquier parte del cuerpo, no sabemos ni qué hacen hasta que nos empiezan a molestar. En este caso, si sientes que algo ahí abajo anda mal, quiere decir que seguramente han aumentado de tamaño, es decir, están hinchadas y ya te estorban.

¿De quién es culpa?
No solo es herencia, pero lo que seguro sí viene de nuestros papás es un estilo de vida (hábitos de ir al baño, tipo de alimentación) que sí puede influir en sufrir un problema de hemorroides. ¿Hay otro factor que sí sea hereditario? El estreñimiento, que cuando no es tratado de forma adecuada, muy probablemente acabará en la tortura de no querer sentarte en el escusado.

Como siempre, la forma en la que llevas tu vida va a tener una gran influencia en las enfermedades que tengas. Otras causas que pueden producir o exacerbar las hemorroides son diarreas continuas, obesidad, embarazo (aunque después se quitan si tienes buenos hábitos), insuficiencia venosa, inflamaciones rectales, abuso de laxantes, pujar en exceso, pasar mucho tiempo sentado en el escusado, colitis, etc. O sea, es una enfermedad que muchas veces es resultado de otra.

Hay dos tipos de hemorroides: internas y externas

Las externas están justo en la entrada del ano y están cubiertas de mucosa y piel. Como están cubiertas por piel, también tienen nervios y por eso sientes dolor y comezón. Principalmente se complican con trombosis. Estas siempre producen dolor y aumento de volumen, pero rara vez sangran.

Las internas se localizan dentro del conducto del ano y están cubiertas por mucosa. Se complican principalmente con trombosis hemorroidal, sangrado, ulceración y edema. Puede ser un problema que no las sientas porque si hay alguna bronca, puedes no enterarte hasta que es muy tarde.

¿Cómo sé si las tengo?

Debemos sospechar la presencia de hemorroides si tienes dolor y/o sangrado a la hora de hacer popó. Peeero, no todo lo que sangra o duele son hemorroides, de ahí la importancia de que un especialista realice un diagnóstico adecuado. Pero sí, si tienes dolor, sangrado, sensación de tener algo extraño ahí metido, comezón, mucosidad, inflamación, ardor, sientes medio colgadito ahí abajo, no para tu estreñimiento o ves cambios en la forma/color/consistencia de tus heces, es muy probable que tengas hemorroides inflamadas y necesites ir al proctólogo.

En etapas tempranas es súper sencillo corregir el camino cambiando de hábitos alimenticios y de idas al baño, porque comiendo mejor evitas el estreñimiento y pujar demasiado, así rápidamente van a desaparecer solas.

Más vale prevenir

  • Come mucha fibra (25g al día para mujeres y 38g para hombres)
  • Toma agua y más agua, come caldos, bebe todo lo que puedas (no, la cerveza no cuenta)
  • No te aguantes las ganas de hacer popó
  • Haz ejercicio para evitar el sobrepeso, que también alborota las hemorroides

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