Di no al término “vagina deprimida”

Porque no estás sola, no eres la única y llegó el momento de hablar sobre el tema con claridad

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Ya hemos hablado sobre la vulvodinia en Moi, gracias a que contamos la historia de una mujer mexicana que lo vive en carne propia. Pame Clynes lleva más de cinco años padeciendo esta condición de dolor crónico en la vulva, y su misión es hacer la labor de difusión, pues es una enfermedad que no se conoce mucho en nuestro país.

¿Qué es?

Para los que la palabra vulvodinia es algo nuevo, su significado es el dolor crónico vulvar que no tiene una causa definida. No es contagiosa, no es una infección y no es una enfermedad de transmisión sexual. Los síntomas son parecidos a los de una infección vaginal, por eso muchas veces los ginecólogos piensan que es eso y dejan a muchas mujeres con malos diagnósticos. Se siente dolor/ardor, quemazón, inflamación, a veces comezón y palpitaciones en toda el área vulvar. Puede ser constante o puede que se detone por tocar o presionar el área.

Pamela cuenta con el respaldo de la National Vulvodynia Association (NVA), la asociación de vulvodinia en Estados Unidos. Ella es miembro y dona regularmente para apoyar a la investigación de esta condición. Un estudio reciente de Harvard, respaldado por el Instituto Nacional de la Salud en Estados Unidos, indica que seis millones de mujeres padecen de vulvodinia hoy en día. Ojalá pronto podamos contar con datos duros en México. Es una problemática general porque todavía no se cuenta con especialistas que den un diagnostico adecuado y sepan tratarla. ¿Cómo sabemos esto? Pamela estuvo más de dos años buscando ginecólogos que la apoyaran y no contó con suerte. Muchos le dijeron que su dolor estaba en su cabeza, que probablemente era algo emocional. La hicieron sentir que estaba loca. En general, el dolor en la mujer se minimiza. Si te identificas con su historia, podrás ver que no estás sola.

Hasta el día de hoy, ella sigue buscando médicos en México que ayuden a las mujeres con vulvodinia. Ella recibe mensajes de todo el mundo, con el mismo discurso. Palabras de miedo, frustración, dolor, soledad. “Una mujer de la India me escribió para contarme que ella lleva 11 años padeciendo de vulvodinia, y apenas hace dos semanas le pudieron dar un diagnóstico en nuestro país”, dijo Pame.

Di no a la “vagina deprimida”

Al ser una condición que no se conoce muy bien, la desinformación e ignorancia hacen que se hable de la vulvodinia de una forma confusa y en ocasiones con datos erróneos. Uno de los tratamientos que se recomiendan es el antidepresivo, y de ahí viene el concepto de este término. El término de “vagina deprimida” se habló en Sex and the City hace 20 años. En la serie se aborda el tema vagamente, desde un lado más de risa que de una condición seria. Debemos de reconocer que lo que vemos en la televisión no necesariamente es la base de la información.

Una de las posibles causas de la vulvodinia tiene que ver con una neuropatía, una falla en el sistema nervioso. El antidepresivo hoy en día, no sólo se recomienda para tratar la depresión, también se usa para tratar trastornos de ansiedad, el trastorno obsesivo compulsivo, trastornos alimenticios, y condiciones de dolor crónico. El antidepresivo es para el cerebro, no para la vagina. No hay porqué usar un término popular por no querer llamar las cosas por su nombre.

“Aún siendo fan de Sex and the City, me decepcionó cómo abordaron el tema de la vulvodinia. Creo que decir “vagina deprimida” puede confundir a las personas. Es como poner una etiqueta a las mujeres, como si no nos gustara el sexo o como si fuéramos unas frígidas. Es mucho más complejo como para no darle a la vulvodinia el respeto y valor que se merece, como cualquier otra enfermedad. Cuando hablamos de disfunción eréctil, no les decimos a los hombres que tienen el pene deprimido, ¿verdad?”, menciona Pamela. Sobra decir que es importante hacer conciencia positiva y cuidar lo que comunicamos, sobre todo en los temas sensibles de salud.

Peace With Pain

Es la primera plataforma de difusión sobre la vulvodinia, es el espacio que le está dando voz a las mujeres que la padecen. Pamela continúa batallando con el dolor, probando métodos diferentes, como la acupuntura y la fisioterapia, para el manejo de dolor. Al contar su historia abiertamente, busca invitar a más mujeres a que rompan el silencio y así juntas puedan encontrar soluciones más rápido. “Necesitamos poder platicar abiertamente sobre temas que son completamente naturales y más comúnes de lo que creemos. Es momento de quitar el estigma alrededor de la sexualidad”.

Ahora está empezando a publicar otros testimonios e historias de mujeres, tanto mexicanas como de otras partes del mundo. Te invitamos a seguir su causa en Instagram en la cuenta @peacewithpain y en su blog www.peacewithpain.mx
Su mail de contacto es: mypeacewithpain@gmail.com

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