¿Te estás cepillando mal los dientes y no sabías?, ¿cómo se lavan correctamente?, ¿cada cuánto tiempo debes cambiar de cepillo?
Si no sabes qué responder cuando te dicen si tu salud bucal es la correcta, es muy probable que te estás cepillando mal los dientes, y ni siquiera lo sabías, así que pon atención a estos tips.
Hay muchísima gente con un aliento cañón, y seguramente tú lo has sentido, pero imagínate que nadie te ha dicho que tú estás igual, es probable que necesites prestar atención a tus dientes. Es algo así como cacharte que hueles a sudor, a todos nos ha pasado, puedes ir por la vida creyendo que cero, pero de pronto sientes un aroma de infarto y si no corres a ponerte desodorante la cosa se pone peor.
¡Qué horror que en la oficina ya te conozcan por tu mal aliento!, o peor, vean que tienes unas placas amarillas en los dientes, porque déjanos decirte que nadie se va a preocupar por comentártelo, así que te toca hacer la chamba.
“No es normal tener mal aliento, y no deben acostumbrarse a sentir que es normal. Esto va a estar desencadenado por varios factores, desde un desequilibrio hormonal, gastrointestinal, o resequedad de la boca”, indica el Dr. Luis Padilla.
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Antes de que sigas los pasos para un cepillado de infarto, necesitas sabes que el cepillo más caro no siempre es el que mejor te va a funcionar, cada boca es un mundo y necesitas el que se adapte a ti, existen los de bambú, los eléctricos, los grandes, los chicos, así que investiga antes de pagar un dineral.
Cero se vale que lo dejes en el baño, y ya sé, todo el mundo lo hace pero tú no. Ahí hay un montón de bacterias, y si vives con varias personas, entran y salen sin preocuparse en los bichos que tienen.
“¿Cómo dejas algo tan privado, tan íntimo, que te vas a meter a la boca en el baño?”,“el baño es un lugar que está bastante congestionado de microorganismos, de hongos, de salpicones de agua cuando te lavas las manos, entonces desde ahí ya estamos mal”.
Lo que sí debes hacer es, después del cepillado, lavarlo con un poco de jabón de manos, secarlo y colocarlo en un estuche especial para cepillos, pero únicamente ya que esté completamente seco.
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Si ya está tan abierto que ni parece un cepillo de dientes, es momento de decirle adiós, pero también, si ya tiene dos meses contigo, aunque parezca nuevo, ya tiene suficientes bacterias para tirarlo a la basura.
En la televisión todos vemos que se pone un montón de pasta a los cepillos, pero nada qué ver, sólo debes colocar un poquito, del tamaño de un frijolito en la parte de arriba de las últimas cerdas.
Para comenzar a cepillarte los dientes, debes imaginar que tu boca está dividida en cuatro cuadrantes, derecho-arriba, derecho-abajo, izquierdo-arriba, e izquierdo-abajo, y vas a colocar tu cepillo en un ángulo de 45 grados en la parte donde se conectan los dientes con las encías, y empiezas a hacer una pequeña vibración, NUNCA de arriba hacia abajo, sino presionando.
Esta técnica la vas a hacer en cada diente, por fuera, por dentro, y en el caso de las muelas en la superficie. Después vas a empezar a cepillar, como si barrieras tus dientes HACIA ABAJO, los de la parte de arriba de tu boca, y HACIA ARRIBA, los de la parte de abajo de tu boca.
Los dientes frontales se trabajan con el cepillo completamente vertical, como si trataras de sacar la suciedad de la boca.
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Si eres de los que jamás se cepilla la lengua, déjanos decirte que lo estás haciendo fatal, porque los cachetes, las encías y la lengua deben cepillarse, y con la misma técnica que te hemos contado.
Mucha gente cree que si les sale sangre a las encías lo están haciendo súper bien, pero nada qué ver, tiene que ser suave en algunas partes y un poco más enérgico en otras, pero también dependerá de ti.
Lavarte bien los dientes no es nada más pasarte un cepillo (que no lleve contigo más de tres meses), también debes usar hilo dental y un refrescante, porque no sólo se trata de oler bien, sino de retirar la comida que se haya quedado en tu boca.
Regularmente no va a tener ni un olor ni un sabor determinado, literalmente no debe oler a nada, pero si le metes un chicle de menta o comes algo muy dulce, obviamente se va a impregnar ese aroma.
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Para muchas personas el olor tiene todo qué ver con cómo se cepillan los dientes, pero también existen otras razones, como no tomar agua durante mucho tiempo. Un ejemplo es cuando duermes, que puedes llegar a estar sin líquidos hasta por siete horas:
Para saber lo que tienes te urge visitar a un doctor para que te mande estudios hormonales, y es que hay temas como el Síndrome de Sjogren, que hace que las glándulas que secretan líquidos no funcionen bien y haya resequedad en las mucosas, lo que hace que tengas mal olor.
Generalmente va a haber un problema en tu estómago o esófago, y van a expedir un aroma que saldrá de tu garganta y hasta tu boca.
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Así como tomar agua es vital para que tu boca se refresque, es muy, pero muy importante que comas algo, porque si pasas hasta 10 horas sin probar alimento puede afectar el olor de tu aliento.
“Todas las sustancias, los aditamentos, que tiene el tabaco, se van a quedar adosadas sobre tus dientes, y creará un montón de patologías que ahorita no les voy a decir por que van a salir bien asustados, pero lo que sí va a afectar es el aliento”, explica.
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