Aprende a identificar las bolitas que te salen y corre al oncólogo

En la cabeza, en el pie o en el cuello, en todos lados nos pueden salir bolas, aquí te dejamos las preguntas más comunes sobre ellas

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Primero lo primero, si me encuentro una bolita, ¿con quién debo ir?

El doctor de las bolas se llama ONCÓLOGO, no pediatra, no médico general, no Google. Este especialista es quien te puede dar un diagnóstico certero porque conoce los protocolos adecuados para tratar todo tipo de bolas. Créenos, una historia se puede convertir en una tragedia si no visitas al doctor apropiado y te hacen los estudios que se necesitan para descartar cosas más graves. Si resulta que esa bola que te salió es cancerígena y te tratas a tiempo, tienes chance de librarla.

¿En dónde me pueden salir? 

Básicamente en todo el cuerpo, y que te salga una en el pie no significa que sea peor o mejor que la que tienes en el cuello. Si ya lleva varios días y estás segurísimo de que no es un barro, ve con un especialista, pero, repito, sin que cunda el pánico.

¿Por qué salen?

Hay muchísimas causas. Pueden ser genéticas como la lipomatosis familiar hereditaria, como las bolitas de grasa que salen en el cuero cabelludo, los brazos o el abdomen, que se transmiten de padres a hijos y que seguro a uno de tus papás también les salen; por picadura de algún animal (por ejemplo, con el veneno de abeja, el cuerpo puede generar granulomas, que es una esfera de células inmunes con la que el sistema inmunológico intenta aislar la sustancia extraña); porque comiste algo, te pegaste, te asoleaste, un asunto de nacimiento como las hernias o por un proceso infeccioso (los ganglios se inflaman).

¿Por qué tienen forma de pelota?

Parece algo de sentido común, pero tiene que ver con la forma de las células y la manera en la que se van agregando unas a otras. Como se pegan por todos lados, adquieren esa forma redondeada.

¿Si me duele significa que es mala?

No necesariamente. Cualquier tipo de bola que esté en contacto con un nervio sensitivo va a doler.

Malos vs Buenos
¿Cuál es la diferencia entre una bola mala y una buena?

Hay tres criterios que aplican para diferenciarlas al tacto. Las bolas buenas generalmente:
-Son suaves y con textura como de hule
-Se mueven con facilidad al ejercer una ligera presión con los dedos. Digamos que pueden “bailotear” entre tus dedos.
-No presentan variación en la coloración

Una bola mala tiende a ser dura, como una canica, no se mueve (porque está fija al tejido profundo) y puede presentar cambios de color.

¿Qué significa que sea buena?

Benigno es algo que cuando lo encontramos no es cáncer, pero tampoco se va a volver si la dejamos ahí. Se recomienda que si la bola no molesta, no crece y no causa dolor, lo mejor sea dejarla.

¿Cuáles son las variedades de bolas benignas?

Hay muchísimas, como los quistes, fibroadenomas, adenomas, lipomas, prolactinomas (que salen al lactar), osteocondroma (bolitas con tejido cartilaginoso), glándulas tapadas (las famosas perrillas), ganglios calcificados, papilomas (con forma de papilas, no es que sean del virus).

¿Todas las bolas malas son cáncer?

Sí, pero no es algo de inmediato. Para que una célula normal se vuelva cancerígena pasa por todo un proceso, y dependiendo en qué etapa esté, es el tamaño del problema.
1. Metaplasia: se presenta en el momento en el que la célula empieza a crecer, pero no significa que sea cáncer o algo malo. En esta etapa el problema es reversible si sigues el tratamiento, que puede ir desde modificar tu dieta hasta tomar medicinas.
2. Diplasia: anormalidad leve, moderada o grave en el desarrollo de un tejido o de un órgano, o sea, las células varían de tamaño y forma. Y aunque la gente lo llama “precáncer”, no necesariamente se va a convertir en eso, pero sí es un foco que si no le haces caso, puede ser un problema.
3. Anaplasia: es propiamente un cáncer y no es reversible pero sí tratable.

¿Cuál es el tratamiento?

Depende del diagnóstico general que dé el oncólogo con base en los estudios; por ejemplo, una biopsia guiada por un ultrasonido. Es súper importante que lo haga un especialista en cáncer porque hay protocolos oncológicos para quitar o manipular una bola. Si no lo hace el doctor indicado, al momento de abrir, digamos que la va regando en el camino y va sembrando tumores a su paso. Un oncólogo trata todas las bolas como si fueran cáncer.

¿Es lo mismo un quiste que un tumor?

No. Un quiste es un saco que puede contener aire, líquido u otro material y que se puede formar en cualquier parte del cuerpo, incluso en los huesos, órganos y tejidos blandos. La mayoría son benignos, pero algunos cánceres pueden formar quistes. Hay de varios tipos, como los sebáceos (de grasa), que se forman debajo de la piel, los sinoviales (cerca de articulaciones) o los que se forman en el hígado, los riñones, las mamas y los ovarios. Un tumor es una masa anormal de tejido capaz de formarse en cualquier parte del cuerpo y pueden ser benignos o cancerosos (malignos).

 

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