En el mundo hay dos tipos de personas: “morning people” o los que se despiertan toooodos los días súper temprano con la energía al máximo y listos para empezar un nuevo día, y los “night owls” quienes prefieren activarse cuando sale la luna y son mucho más productivos por la noche. Esto es algo con lo que puedes batallar toda la vida, porque si eres como yo y las mañanas no son lo tuyo, cambiar ese reloj biológico parece casi imposible y es que practicamente lo es. Resulta que nuestros relojes internos están influenciados por genes y son increíblemente difíciles de cambiar. La única excepción es cuando envejecemos. A medida que pasan las décadas, nuestros relojes tienden a adelantarse. Está claro que no todos tenemos la habilidad para hacerlo, pero no ser un madrugador nato no tiene naaada de malo.
Investigaciones recientes han descubierto nuevos conocimientos sobre los hábitos del sueño humano, específicamente sobre por qué algunas personas son “personas mañaneras” y otras son “personas nocturnas”, a esto se le conoce como cronotipo. La mayoría de las personas, alrededor del 30% al 50%, se encuentran justo en la mitad del cronotipo. Alrededor del 0,2% de los adultos tienen una fase de sueño retrasada, este es un trastorno que pone su reloj interno de forma permanente en desincronización con el resto del mundo.
Los expertos han encontrado que si intentamos vivir fuera del ritmo de nuestros relojes internos, nuestra salud puede sufrir consecuencias. La discordancia entre nuestro tiempo interno y el tiempo del mundo real se han relacionado con enfermedades cardíacas, obesidad y depresión. Aunque no debes entrar en pánico, si no eres alguien a quien le guste madrugar y lo llevas haciendo toda tu vida no va a pasar nada, no vas a morir si no sigues el ritmo del reloj de tu cuerpo. De igual forma es importante considerar que para los noctámbulos la luz suele ser un factor que los mantiene despiertos; años atrás la luz se acababa con la puesta de sol, pero hoy en día la luz de nuestras computadoras y televisores empuja a algunas personas nocturnas a permanecer despiertas por más tiempo.
En conclusión, no importa si eres más de madrugar o de activarte cuando se hace de noche, lo que está claro es que deberíamos empezar a escuchar más a nuestros cuerpos en lugar de -tanto- a nuestros despertadores.
¿Te gustó esta nota? Califícala
Alejandro Dumas 241 / Col. Polanco-Reforma / CP. 11550 / CDMX. / Teléfono: 9126 2222
© Todos los Derechos Reservados de Media Marketing Knowledge Group www.mmkgroup.com.mx
Prohibida la reproducción total o parcial, incluyendo cualquier medio electrónico o magnético.