¿Alguna vez pensaste que el orden de tu nacimiento podría determinar lo que te define como persona?
De todas las cosas que nos definen como personas, puede que el orden de nacimiento sea la que suena más arbitraria. Pero no, así como tus experiencias de niño definen tu adultez, la dinámica familiar a la que llegaste define un montón de cosas que te hacen la persona que eres hoy. Ve nomás:
Aventuras
Las ganas de aventura, de hacer locuras, de tirarse del paracaídas… le corresponden casi por completo a los hermanos chicos. Ellos aprendieron en el sistema familiar que nada tenía riesgo: los papás les pusieron menos límites, vieron sufrir a sus hermanos grandes con broncas y fueron testigos de que las superaron, así que ¿entrarle a seis mese de mochilazo sin un peso? No hay bronca. El hermano grande, en cambio, se muere de angustia antes de pensar en lanzarse al vacío sin soluciones claras: ¿aventura? Claro, vamos al cine sin tener los boletos desde antes.
Deportes
¿Seguimos sin impresionarte? Cala esta: hasta el deporte que practicas depende de tu orden en la familia. Los hijos más grandes son increíbles en deportes que no involucran ningún tipo de riesgo físico, como el tenis o el beisbol. En cambio los hermanos más pequeños le entran a todo sin importar si van a salir completos o en partes del campo de juego. ¿Alguien dijo hockey?, ¿qué tal rugby?
Broncas
El instinto de supervivencia y la forma de resolver problemas es otra de las diferencias más marcadas entre hermanos. Y todo, como siempre, depende de los papás. Al primogénito le ponen tanta atención que para ellos siempre será una “apuesta segura”, el más apto para sobrevivir y reproducirse. Ni creas que esto es taaan buena onda como suena. Los primogénitos tienen tal cantidad de expectativas encima que sufren creyendo que nunca son suficientes. Los hermanos de en medio tienen la respuesta más ecuánime a los problemas, se adaptan, concilian, hablan con paz. Los hermanos más pequeños pelean todas su vida por romper con un sistema familiar establecido, por lo que su forma de resolver problemas es exactamente igual: rompiéndole la madre a cualquier estrategia existente.
Chamba
El orden de nacimiento determina cómo te desenvuelves profesionalmente, no que seas bueno o malo para algo. Por ejemplo, presidentes, políticos y astronautas (en serio) suelen ser hermanos mayores. Esto para nada impide a los hermanos de en medio o a los pilones serlo, pero sí determina cómo dirigen una compañía: el mayor busca métodos más conservadores que mejoran procesos o aceleran líneas de producción; en cambio, los hermanos más chicos buscan soluciones más disruptivas. Las carreras creativas o aventureras le corresponden con más facilidad a los hermanos más chicos: escritor, comediante, artista. Los hermanos de en medio, como aprendieron algo de cada quien y tuvieron menos atención, se dedican a construir relaciones sólidas fuera de la casa: sus redes profesionales son confiables, amplias y, francamente, envidiables; de hecho, la facilidad para adaptarse los hace, estadísticamente, los hermanos más exitosos en el plano laboral.
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