Nadie nace sabiendo cómo administrar un negocio exitoso. Hay demasiados factores a tomar en cuenta y habilidades que aprender constantemente, sin mencionar que el contexto cambia rápidamente y lo que hoy es cierto puede que mañana ya no. Por eso es normal que nos aterre fracasar y la posibilidad de ver nuestro esfuerzo mermado.

Sin embargo, equivocarse es normal y forma parte de la curva de aprendizaje de cualquier empresa. No hay una solución única que funcione para sacar adelante a cada proyecto, así que la experiencia propia sigue siendo la mejor manera de aprender a administrar un negocio. 

Aunque de los errores se aprende, no está de más conocer cuáles son los más comunes para evitar algunas de las trampas más frecuentes al momento de abrir un negocio. 

No planear bien o lo suficiente

Una empresa sin un plan de negocio está destinada al fracaso. Hay momentos para improvisar, pero un proyecto al que le has dedicado tiempo, esfuerzo y dinero definitivamente no es uno de ellos. Un plan de negocios te ayudará a fijar objetivos, conocer a detalle los costos de cada parte del proceso y en general a tener una mejor perspectiva. Eventualmente, podrás apoyarte en esta planeación para saber si vas por buen camino o si hay algo que puedes hacer para optimizar tu operación.

Establecer metas poco realistas

Todos queremos conquistar el mundo, pero si planeas solo tu mejor escenario entonces en cuanto las cosas empiecen a ser diferentes te encontrarás a la deriva. Es importante que tengas un plan flexible que no dependa de un solo escenario, o bien, que contemples opciones en caso de que tu negocio se enfrente a algún problema. 

Creer que puedes hacerlo todo solo

Como dueño de un negocio, deberás comprender los básicos de finanzas, temas legales y fiscales, pero al final del día nadie puede hacerlo todo solo, así que tendrás que apoyarte en especialistas de confianza.

No querer cambiar tu idea

Las cosas rara vez salen de acuerdo al plan. Para que un negocio sobreviva debes poder adaptarlo a las condiciones cambiantes. Ya sea en procesos, el mismo producto, la manera en que lo presentas o el público al que está dirigido, debes tener la flexibilidad de pivotar tu proyecto para lograr que funcione.

No asesorarte

Una de las virtudes de un buen líder no es saber todo, sino rodearse de los especialistas de cada rama. Si tienes problemas en tu estrategia en internet, con la identidad de tu marca o en la parte financiera del negocio, no dudes en buscar especialistas o consultores que puedan ayudarte a resolver los cuellos de botella de tu PyME. Acércate a agencias, otros emprendedores como tú o instituciones consolidadas como Scotiabank para encontrar la solución adecuada a cada reto.