Tu cerebro tiene hambre

¿Te ha pasado que después de un día difícil te “recompensas” con una Cajita Feliz (o dos), pero en la mañana sientes que un camión te pasó encima?

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Esa es la manera en la que tu cerebro te grita que necesita comida real que lo ayude a funcionar bien y a hacerte feliz.

 

Durante muchos años, la nutrición se centró en entender el rol que tiene la comida para estar saludables, pero se le fue que el cerebro, uno de los órganos primordiales que se daña con mayor facilidad cuando comes mal. Justamente eso hace la neuronutrición (neurociencia + nutrición): estudiar cuáles son los alimentos o nutrientes que son buenos y dañinos para el cerebro, y cómo alteran su arquitectura y sus funciones.

Mente sana en cuerpo sano

Una dieta saludable es igual de importante para el físico que para la mente. Al comparar las resonancias magnéticas de personas “sanas” de la misma edad, encontraron que quienes llevan una dieta mediterránea tienen un cerebro “en forma”, mientras que los que comen al estilo western (comida rápida, carnes procesadas, azúcares refinadas y refrescos) muestran cierta pérdida neuronal, algo que los puede ayudar a desarrollar demencia, cambios de ánimo.

 

Esto lo que demuestra es que comer bien y a conciencia no solo te va a servir para tener el cuerpo que siempre soñaste, sino a “nutrir” tu cerebro (que no es lo mismo que alimentar).

 

El Picky Eater

La composición del cerebro es distinta de la del resto del cuerpo, por eso acapara casi el 25% de todos los nutrientes que comemos, pero no de cualquiera, se queda con los llamados esenciales (porque son los únicos capaces de llegar directo al cerebro y mantener saludables los tejidos y los neurotransmisores, que son los mensajeros que usa el cerebro parar captar, comunicar y procesar la información).

 

El impulso de comerte algo “delicioso” (casi siempre pura chatarra) viene de un bajón en algún neurotransmisor, y aunque te sientas bien comiéndote un helado, luego se vuelve a producir porque le estás dando comida “vacía”.

 

Estos son algunos de los aminoácidos (nutrientes esenciales) más importantes para tu cerebro y qué tienes que comer para obtenerlos:

 

Aminoácido Sirve para Lo encuentras en
METIONINA La biosíntesis de los neurotransmisores relacionados con el estado de ánimo, como la dopamina y la serotonina Leche entera, salmón, sardina, huevo, carne, aves, nueces y semillas, granos enteros, soya, frijol, garbanzos, lentejas, hojas verdes
FENILALANINA Producir noradrenalina, que es la que nos pone en alerta. Además, es esencial en la formación de colágeno Parmesano, bacalao, atún, salmón, sardinas, cangrejo, ostras, carne, aves, espárragos, hígado, garbanzos, lentejas, cacahuates y soya
TRIPTÓFANO La biosíntesis de serotonina, que es un relajante natural. Reduce la ansiedad y la depresión,

estabiliza el ánimo y la hiperactividad

Chocolate oscuro (70%), chía, leche entera, ajonjolí, yogurt sin endulzar, pepitas de calabaza, ciruela pasa, alga, espirulina, edamame
HISTIDINA Da mantenimiento a las vainas de mielina, que protegen a las neuronas de los impulsos eléctricos Lácteos, carne, pollo y pescado. Cereales, verduras y hortalizas, semillas, frutos secos
COLINA Fabricar neurotransmisores (básicamente, lo que las neuronas usan para comunicarse entre sí) Huevo, levadura, hígado de res, hongos, germen de trigo, bacalao, quinoa y pollo

 

 La próxima vez que estés frente a una caja de donas recuerda: cada cosa que te metes a la boca beneficia o perjudica tu cerebro.

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