Desórdenes alimenticios Millenials

De algunos años hacia acá se ha puesto muy de moda estar “fit” , tener un cuerpo marcado, ser atlético, llevar un estilo de vida saludable, y verte lo mejor posible. Y de repente te encuentras con cuentas de Instagram de chavas con cuerpos impresionantes que son un ejemplo a seguir de la gran mayoría de las adolescentes y jóvenes; también incluyo los cuerpos atléticos y perfectos de hombres fitness que muchos siguen, aunque la tendencia siempre se inclina más hacia las mujeres.

Creo que estar saludable y verte bien es importante, pero hay una delgada línea entre llevar una vida equilibrada y obsesionarte con verte perfecto.

En los años 80 y 90 comenzaron a aparecer los desórdenes alimenticios relacionados a verte demasiado delgada, así que la bulimia y anorexia estuvieron en su boom más importante, pero hoy con el ataque masivo de las imágenes en las redes sociales de mujeres y hombres delgados con cuerpos atléticos, y la saturación de comida saludable, orgánica y “clean”, según National Eating Disorders, en muchas ocasiones han llevado a la gente a caer en los extremos y surgen nuevos tipos de desórdenes alimenticios que seguramente no conocías.

Si te identificas con alguno de estos, no lo eches en saco roto y visita a un médico (de preferencia nutriólogo) y acompaña tu tratamiento con la ayuda de un psicólogo.

Ortorexia. Se trata de obsesionarte con comer saludable pero alcanzando un límite patológico. Te identificarías con este desorden si tu despensa está llena de suplementos, multivitamínicos, barras de proteína, y alimentos que puede que no te guste su sabor, pero los compraste por los valores alimenticios que aportan. Te clavas en la cantidad de nutrientes que consumes a diario, rechazas alguna invitación a cenas o comidas con amigos por temor a que haya comida que no te nutra; tienes miedo todo el tiempo de enfermarte y te la pasas leyendo las etiquetas nutricionales e investigando sobre los componentes alimenticios.

Vigorexia. Te obsesiona el ejercicio, te ves en el espejo varias veces al día y siempre quieres verte más tonificado, fuerte o con menos grasa. Utilizas dietas muy restringidas, además de anabólicos, hormonas y suplementos. Si faltas un día al gym te sientes enojado, molesto y angustiado; después del ejercicio sientes un cansancio extremo, buscas rendir en el gimnasio tomando medidas extremas y dosis fuera de tu rango. Pruebas todas las rutinas que puedes y prefieres pasar más tiempo haciendo ejercicio al grado de dejar de convivir con tu familia o amigos.

Permarexia. Piensas que todo lo que comes engorda, haces dietas extremas, líquidas, express, que te bajen lo más rápido posible. También cambias de dieta muy seguido, buscas en internet planes alimenticios que te bajen, cuentas calorías todos los días. Utilizas diuréticos, laxantes, suplementos polivitamínicos y todos tus alimentos son dietéticos o light.

Drunkorexia. Sabes que si vas a salir a una fiesta en la noche optas por el ayuno y no comes nada durante el día para intercambiar las calorías de la comida por alcohol. Y en vez de comer snacks cuando sales estás pensando en cuántas calorías te ahorras para poder bebértelas.
Protomanía. Satisfaces el hambre con agua, quieres tomar agua todo el día a pesar de no sentir sed. Lo haces ya sea porque consideras que es muy saludable o porque elimina las ganas de comer te llena.
Síndrome del comedor nocturno. Por las mañanas comes muy poco o de plano ayunas, y durante la noche te das un atracón de comida que equivale a más del 70% de tu ingesta total. Se acompaña en ocasiones con insomnio o despertar varias veces durante la noche para comer algo.
Comer saludable es importante, verte al espejo y que te guste lo que está enfrente también lo es, pero caer en un desorden puede ser tan repentino que no te estés dando cuenta y puede traerte consecuencias el resto de tu vida.

Te comparto un video que hice sobre este tema y mi experiencia de cómo yo estaba cayendo en un desorden alimenticio.
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