Identifica qué hambre tienes para poder solucionar tus problemas de relación con la comida.
Todos los seres vivos necesitamos comida para vivir y funcionar adecuadamente; pero ¿Qué sucede cuando la comida se nos convierte en un mal necesario, en un monstruo que nos persigue como sombra.
En los últimos años se ha encontrado una relación muy directa entre las emociones y la comida, (principalmente entre los azucares procesados y los carbohidratos), dando pie a una nueva línea de tratamientos de la obesidad, dirigidos principalmente a las emociones del paciente. Por lo que ahora sabemos que con querer no basta para adelgazar, ya que mientras nos veamos gordos y/u obesos, seguiremos comiendo como gordo o como obeso, dando como resultado los famosos rebotes.
Existen factores que pueden hacer que cualquier elemento o cosa se conviertan en una adicción para los seres humanos, los cuales se van sobreponiendo uno sobre otro y son los siguientes:
En primer lugar debemos de entender que en el momento de nuestra gestación, también se da el nacimiento de nuestro temperamento que se rige bajo el dolor y el placer.
Y es así como la comida al igual que el sexo, son dos de las cinco conductas primarias de doble reforzamiento que más nos provocan placer. Por un lado nos quita el dolor físico que es el hambre, y por el otro nos da placer con la hormona llamada grelina, la cual activa los neurotransmisores de la dopamina, haciendo prácticamente imposible no comer.
La mayoría de las comidas rápidas contienen un alto porcentaje del glutamato monosódico que es el responsable de que no podamos comer solamente una papa frita sino que sigamos comiendo, activando una y otra vez las hormonas del placer. Es decir, en sí el comer nos provoca placer y nos quita el dolor, y si le aumentamos más placer con factores Bioquímicos estaremos comiendo prácticamente todo el día.
Como todas las adicciones, tiene como base la ansiedad, siendo ésta la que dispara la necesidad de búsqueda de placer para quitar el dolor o la alteración del sistema nervioso central que nos provoca la ansiedad. La ansiedad tiene como base a la angustia que a su vez tiene como antecesor el estrés, que no es otra cosa más que el no sentirse bien con lo que tenemos.
El problema se agrava cuando le agregamos un factor emocional a la comida, en donde no solo nos alimenta y nos nutre sino que también la comida tiene un valor sentimental, como el de comer en familia, comer en fiestas y festejos, o comer en las reuniones aunque sea fritangas, galletas o pasteles de abuelita etc. Que si le damos un extra que es que no me gusta mi sobre peso, porque esté no es aceptado socialmente, me provocara ansiedad convirtiéndose así en un círculo vicioso.
Primero debemos de identificar qué tipo de hambre es la que tengo:
Hambre física
Hambre emocional
Hambre psicológica
Segundo, tener hábitos para comer:
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