Cómo lograr que la desmañanada sea fácil

Como sabemos que las levantadas temprano pueden ser un infierno, aquí te van unos tips para que no se les haga tan difícil

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Se acabaron las vacaciones y ahora te toca volver a la rutina de las mañanas y de las clases (ya sean tuyas o de tus críos). Checa estos tips para hacerlo fácil:

La mayoría de las personas odia levantarse temprano por una razón biológica: cuando te despiertas, tu mente está medio atontada, pero al poco tiempo entra en acción un villano llamado “sesgo negativo”, un mecanismo neurológico que nos predispone a recordar todas las cosas negativas o que nos causan ansiedad. Por eso, en cuanto te despiertas, empiezas a pensar en el ensayo que se te olvidó mandar o en el tráfico espantoso que te va a tocar al llevar a tus hijos a la escuela. Por si esto fuera poco, los niveles de adrenalina y la hormona del estrés se elevan en la mañana, incrementado la presión arterial y el ritmo cardiaco. Agrégale el ruido del despertador y tienes la receta perfecta para el estrés matutino.

Aléjate del celular. Apaga el teléfono, tablet, tele y cualquier distractor, por lo menos 60 minutos antes de dormirte. Recuerda que la luz azul hace que tu cerebro se enganche y se ponga pilas, y pos obvio no te vas a poder dormir. Lo mismo aplica a la hora de levantarte, no empieces a leer las noticias amarillistas del día, aléjate de lo negativo.

Intenta que entre luz natural por tu ventana. Es la mejor manera de despertase.

Pon tu canción favorita. ¿Has visto cómo cuando pones la música que te gusta te aceleras, bailas y haces ejercicio más rápido? Arma una playlist pa’ despertar y en cuanto abras los ojos, ponle play. Lo mismo aplica con tus hijos, si sabes que los trastorna una canción, pónselas al despertar, vas a ver lo de buenas que se van a poner.

Pon la alarma lejos para que no la apagues a la primera. Entre más lejos, mejor. Así tendrás que pararte sí o sí.

Ten una rutina. Duérmete y despierta a la misma hora todos los días, esto ayuda a que descanses mejor y no sientas que te pasó un coche encima

Espanta la somnolencia. Párate de un salto y ten listo tu café y la ropa de ejercicio, para que no caigas en la tentación de volver a la cama.

Reprográmate. Si te quieres despertar a las 6, marca los días en que lo logras y si acumulas más de 7 puedes pensar en un premio.

Ve de 15 en 15. Si siempre te despiertes a las 7, ponla los primeros días a las 6:45 y la siguiente semana 6:30 y así, hasta que llegues a tu meta.

PARA TUS CRÍOS

* Despiértate antes. No trates de hacer todo con el silencio de un ninja ni con el escándalo del “se compraaaaan colchoooooneeees”. Empieza a prepararte para llevarlo a la escuela (ten todo listo), haz el desayuno y arma su lunch. Haz el ruido normal de tus cosas, eso ayudará a que escuche que el movimiento en casa ya empezó y es hora de levantarse.

* No lo levantes a la fuerza. El afecto es la mejor opción para despertar tranquilo y generar recuerdos padres de las mañanas (a nadie le gusta asociar el despertar con gritos o jaloneos). Mejor acércate, despiértalo con cariños y diciéndole que hoy es un gran día y todo lo que va a disfrutar en la escuela, que va a encontrarse a sus amigos y que van a jugar. De los susurros pasa a una voz más fuerte y de las caricias a los jugueteos, como cosquillas, que van a hacer que se mueva y empiece a activarse. No seas gacho y le prendas la luz de sopetón, deja entrar un poco la luz del sol.

* Incentívalo con el desayuno. ¿Quién no se acuerda del olorcito rico por las mañanas que hacen saltar de la cama a cualquiera? Cuéntale qué le hiciste de desayunar o que si se levanta rápido le vas a dejar una sorpresa en el lunch.

* Créale buenos hábitos de sueño. Procura que se duerma siempre a la misma ahora, para que su ciclo de sueño siempre sea el mismo. Aplica también en fin de semana, eh. Evita que tome siestas después de las 5 de la tarde para que no ande con toda la pila a las 7 de la noche.

* No le des opción. Esto aplica en casos en los que tu retoño nomás no quiere, ponlo en situaciones complicadas que lo dejen sin opciones más que levantarse. Por ejemplo, dile que se cepille los dientes en la cama, cuando necesite enjuagarse va a sentir que tiene que ir al baño y ¡listo!, ya se habrá levantado.

* Báñalo en la noche. Esto lo va a relajar y se va a dormir al instante

* Ponle retos. Establezcan un acuerdo de que si, por ejemplo, logra levantarse 10 días seguidos, le darás un premio.

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