9 claves de la neurociencia para mejorar el aprendizaje 

¿Qué podemos hacer para mejorar nuestra capacidad de resolver problemas, nuestra memoria y nuestra atención? Aquí van pequeñas acciones para ejercitar el hámster

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FACT: Tu cerebro tiene una capacidad de almacenamiento de 1,000,000 gigabytes, equivalente a 3 millones de horas de video o 10 billones de páginas de una enciclopedia

1. Muévete
Hacer 30 minutos de bici o carrera al día beneficia tu capacidad cerebral: mejora la memoria y da mayor flexibilidad y velocidad al procesamiento de información mental.

¿Pooor? La actividad física genera BDNF, una proteína del cerebro que aumenta la plasticidad o capacidad de las neuronas para formar conexiones entre ellas, el número de las que nacen diariamente y la vascularización y aporte de sangre que reciben. La actividad física genera una especie de lubricante que facilita el funcionamiento de la maquinaria cerebral para aprender, formar memorias y recordar.

2. No le entres a las grasas
Evita las dietas altas en grasas, porque reducen la sensibilidad de los receptores NMDA, que son moléculas del cerebro relacionadas con la plasticidad neuronal (que forman la memoria).

3. Duerme bien
El sueño es una forma de practicar y fortalecer lo aprendido durante el día. El sueño prepara al cerebro para aprender y potencia la formación y estabilización de las memorias. ¿Pooor? Las mismas neuronas que se activan para registrar la información cuando aprendemos vuelven a activarse cuando dormimos. Además, reorganiza y estructura los contenidos de la mente haciendo posible que la información nueva aprendida se integre en los esquemas de conocimiento ya existentes en el cerebro.

4. Pregúntate todo
Este procedimiento te va a motivar, concentra tu atención y te convierte en una especie de detective o investigador que busca en cualquier fuente de información posible la solución a los interrogantes que se le plantean.

5. Lee
Sí, suena trillado, pero de todas las actividades, leer es la que más pone en forma el cerebro. Leer pone en juego un importante número de procesos mentales (percepción, memoria y razonamiento). Cuando leemos, activamos preferentemente el hemisferio izquierdo del cerebro, que es el más dotado de capacidades analíticas en la mayoría de las personas, pero son muchas las áreas cerebrales de ambos hemisferios que se activan e intervienen en el proceso. Decodificar las letras, las palabras, las frases y convertirlas en sonidos mentales requiere activar amplias áreas de la neocorteza cerebral. Las cortezas occipital y temporal se activan para ver y reconocer el valor semántico de las palabras. La corteza frontal motora se activa cuando evocamos mentalmente los sonidos de las palabras que leemos. Los recuerdos que evoca la interpretación de lo leído activan poderosamente el hipocampo y el lóbulo temporal medial del cerebro, que son zonas críticas para la memoria. Las narraciones y los contenidos emocionales del escrito, sean o no de ficción, activan la amígdala y demás áreas emocionales del cerebro. El razonamiento sobre el contenido y la semántica de lo leído activa la corteza prefrontal y la memoria de trabajo. La lectura refuerza también las habilidades sociales y la empatía, además de reducir el nivel de estrés del lector.

6. Aprende otro idioma
Un segundo idioma obliga al cerebro a conectar más neuronas, diseñar nuevas estrategias lingüísticas y poner más atención. Los niños que saben dos idiomas tienen más materia gris, que es la encargada de procesar la información, la memoria y la percepción. Ahí nomás.

7. Asocia, repite, inventa
Relacionar los nombres con algo que les haga más sentido o con alguna imagen chusca. Saber que el nombre de tu contador es José Labrador Sánchez no te dice nada, pero si te imaginas un enorme perro labrador que corre cargando un billete es muy probable que la próxima vez que te lo encuentres lo recuerdes. Cuando repites las cosas se graban mejor en tu cabeza. Cuando te presenten a alguien, responde “encantado, Martha”, y trata de pronto dirigirte a ella por su nombre para decirle cualquier cosa: “Martha, amo tu programa”. Así será más difícil olvidar cómo se llama la próxima vez que la veas (o que la escuches). Si quieres memorizar una serie de palabras o sustantivos (por ejemplo, todo lo que tienes que comprar en el súper), reúnelos todos en una historia, el cerebro recuerda mucho mejor una narración que una lista. Mientras más extraña sea la historia más fácil será recordarla.

8. Escribe a la antigua
Tu teléfono puede ser muy inteligente, pero si lo poco que escribes al día solo lo escribes en él (o en la computadora) es como si, de alguna manera, te estuviera robando la inteligencia. Escribir a mano te ayuda a ordenar tus pensamientos. Estudios neurocientíficos indican que escribir con tu puño y letra obliga a tu cerebro a fortalecer la memoria, la atención y las conexiones neuronales hasta en un 35% más que si lo haces en un aparato. Además, todo lo que escribes a mano dura más tiempo en tus neuronas y en tu vida. Así que guarda el celular, ve corriendo por una libreta mona y empieza a tomar notas a la antigüita.

9. Juega
Ejercita tu cerebro con rompecabezas, sudokus, ajedrez, anagramas, crucigramas. Compra un librito que puedas traer en tu bolsa y úsalo en vez del celular. Un juego divertido es ir a tu clóset y vestirte con los ojos cerrados, a ver si recuerdas dónde acomodaste tu ropa.

 

Otras cosas para recordar

* Cierra los ojos: recuerdas hasta 23% mejor si tienes los ojos cerrados, según un estudio que hicieron los científicos en la Universidad de Surrey, Inglaterra. Ayuda, literal, a ver más claros todos nuestros pensamientos en la cabeza.

* Respira profundamente por 10 minutos ayuda a oxigenar el cerebro y cambiar la actividad neuronal.

* Consentirte mejora la atención y la memoria, busca reforzamientos positivos que liberen dopamina.

* Liga lo abstracto y lo concreto. Cuando tengas que recordar números, la clave está en ligarlos con algo concreto: el siete puede relacionarse con James Bond (007), el seis con el diablo (666) y si coincide el número, con el cumpleaños de alguien querido.

* Ponte música. La música activa áreas cerebrales que incrementan la motivación, reduce

el cansancio e induce la experiencia de que el tiempo pasa rápido.

* Haz listas. Hacer una lista de tareas ayuda al cerebro a entender, organizar, hacer estrategias y tomar mejores decisiones.

 

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