Sin memoria estaríamos perdidos, el humano no se hubiera adaptado al mundo y tú no serías quien eres. Checa todo lo que querías saber sobre ella y cómo fortalecerla
La memoria es una función del cerebro que interviene en todos los procesos de aprendizaje; permite codificar, almacenar y recuperar información del pasado. Funciona a través de asociaciones: el cerebro liga señales, aromas o sonidos con una experiencia específica y crea un nuevo recuerdo. A comparación de una computadora, la memoria humana no se localiza en un área particular del cerebro, es una relación abstracta entre las siguientes estructuras:
-Hipocampo: consolida toda la info que cae en la corteza.
-Amígdala cerebral: genera emociones y las liga a experiencias pasadas.
-Cerebelo: se encarga de la memoria a largo plazo.
-Hemisferio izquierdo: registra nombres y palabras.
-Hemisferio derecho: reconoce caras y espacios.
ASÍ SE CLASIFICA…
La memoria puede clasificarse en diferentes tipos según su duración y su función, pero existe un flujo permanente de información entre ellas, una se alimenta de la otra.
Memoria sensorial. Registra sensaciones y reconoce las características físicas de los estímulos externos.
Memoria a corto plazo. Guarda la información que necesitamos para algo específico y después la desecha.
Memoria a largo plazo. Es nuestra base de datos permanente, la última que perdemos, la que nos hace quien somos.
Según investigadores de la Unidad de Ciencias del Cerebro en Cambridge, cuando tienes la intención de memorizar algo, el cerebro “borra” recuerdos para evitar distracciones. No es que los elimine por completo, pero pasa esa información a un “archivo de más difícil alcance”. Prueba de ello es que no recordemos nuestra vida de bebés: teníamos capacidad de formar recuerdos, pero con el paso del tiempo los fuimos cambiando por otros más útiles.
TIPS PARA RECORDAR
INVENTAR: una historia
Si quieres memorizar una serie de palabras o sustantivos (por ejemplo, todo lo que tienes que comprar en el súper), reúnelos todos en una historia, el cerebro recuerda mucho mejor una narración que una lista. Mientras más extraña sea la historia más fácil será recordarla.
ESCRIBIR: a mano
Un estudio publicado en Psychological Science dice que escribir con pluma y papel es mucho mejor para reforzar la memoria que hacerlo en el teléfono o la computadora, en parte porque cuando escribes a mano lo haces más lento y seleccionas mejor la información importante, lo que requiere más esfuerzo. Practica con un diario, te podrá parecer cursi pero además puedes desahogar todas las penas que te acongojan.
JUGAR
Ejercita tu cerebro con rompecabezas, sudokus, ajedrez, anagramas, crucigramas. Compra un librito que puedas traer en tu bolsa y úsalo en vez del celular. Un juego divertido es ir a tu clóset y vestirte con los ojos cerrados, a ver si recuerdas dónde acomodaste tu ropa.
CERRAR LOS OJOS
Recuerdas hasta 23% mejor si tienes los ojos cerrados, según un estudio que hicieron los científicos en la Universidad de Surrey, Inglaterra. Ayuda, literal, a ver más claros todos nuestros pensamientos en la cabeza.
DORMIR
Ya te hemos dicho mil veces en moi que no dormir es firmar la sentencia a una vida estresada y horrible. Un cerebro cansado no es capaz de recordar ni cómo se llama.
LIGAR: lo abstracto y lo concreto
Cuando tengas que recordar números, la clave está en ligarlos con algo concreto: el siete puede relacionarse con James Bond (007), el seis con el diablo (666) y si coincide el número, con el cumpleaños de alguien querido.
SUBRAYAR
Cuando quieras tener claras las ideas que vas a exponer, ya sea en una junta de trabajo, con un cliente o hasta en una discusión de pareja, haz un acordeón como en la prepa y pinta una raya abajo de las ideas más importantes.
PLATICAR
¿Se te olvidan los chismes? No, ¿verdad? Entonces cuéntale a alguien lo que no quieres olvidar y lo vas a recordar mucho mejor.
EJERCICIO
Al cerebro le encanta que lo mantengas bien oxigenado, así que haz ejercicio aeróbico. La mejor hora para hacerlo es en la mañana.
LEER
Deja la red y abre un librito de vez en cuando. La lectura, entre otras maravillas, mejora tus conexiones neuronales. Abre también un diccionario y trata de aprender nuevas palabras, dale tareas nuevas a tu cerebro.
RELACIONAR
Si siempre se te olvida cómo se llaman las personas, trata de relacionar su nombre con alguna referencia, algún actor famoso, algún animal o pregúntale a qué se dedica, es más fácil recordar algo de la persona que su nombre: “Pedro el diseñador”, en vez de solamente Pedro, porque recuerda que al cerebro le encanta hacer asociaciones y unir ideas.
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