No hay un manual pero sí hay cosas que te ayudan a ser mejor, checa las señales de que eres un buen papá y lo que debes de evitar.
Los buenos padres no nacen, se hacen, pero es toooodo un proceso. Uno sólo puede dar lo que tiene, así que la mayoría de los papás improvisa y hace lo que le parece correcto, pero a veces eso no es suficiente. Dicho esto, entonces, ¿cómo se puede ser mejor? Checa las señales de que eres un buen papá.
Ser padre es uno de los roles más importantes y desafiantes que puede experimentar un ser humano. Aunque no existe un manual que diga las reglas exactas, sí hay ciertas actitudes y hábitos que distinguen a los papás verdaderamente espectaculares. Y ojo, nadie es perfecto, pero sí te esfuerzas día a día puedes hacer una gran diferencia.
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Se aseguran de que sus hijos sepan perfecto que los aman. Hay quienes creen que si amamos demasiado a los críos, los echamos a perder, pero si de algo estoy segura es que es imposible dañar a un hijo con amor. Con falta de amor, sí. Lo que echa a perder es el amor mal entendido, la indulgencia, la descalificación o las cosas materiales.
Los buenos papás saben que la mejor forma de conseguir que sus hijos los traten con respeto es tratarlos con respeto. Respetan sus opiniones y les ponen atención. También aman, sin reservas, a sus parejas. Si están divorciados o separados, siempre tratan con respeto a la mamá de sus hijos.
Se dan tiempo para estar totalmente enfocados con sus hijos y las cosas que disfrutan. Y, si tienen más de un hijo, le dan tiempo de calidad a cada uno de ellos, encontrando la forma de construir una relación significativa.
Por más ocupados que estén, los buenos papás encuentran la forma de compartir los momentos importantes en la vida de sus hijos: el primer día de clases, el partido de fútbol o el recital de ballet. Quizá pueden parecer cosas simples, pero para los hijos son momentos que los marcan.
Entre los recuerdos que yo atesoro más, están los sábados cuando, después del desayuno, mi papá nos enseñaba a cepillarnos los dientes y enseñaba a mi hermano a “rasurarse”. A veces se nos olvida que todas estas tareas que forman parte de nuestra cotidianidad, son también una aventura de aprendizaje para los niños pequeños.
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Comparten valores con mamá y, a través del ejemplo, dan enseñanzas de vida, como aprender de los errores, reconocer cuando algo sale mal o pedir perdón, todo en un ambiente de amor y aceptación.
Saben que los niños no quieren otro cuate, quieren un papá, que necesitan alguien que piense bien las cosas, que tome las decisiones complicadas y que le entre a la vida con responsabilidad. Alguien con quien puedan contar siempre.
Un buen papá establece comunicación con sus hijos desde chiquitos, lo que significa por un lado interesarse en lo que tienen que decir, pero también abrirse con ellos a un nivel que el niño pueda comprender. Hay papás que creen que comunicarse con sus hijos es someterlos a interrogatorios de trámite tipo: “¿cómo te fue?” o “¿qué hicieron hoy?”. Con eso lo único que le estás enseñando es a ser agente del mp.
Los buenos padres establecen reglas claras y son consistentes. Cuando un niño sabe lo que se espera de él, el mundo se vuelve predecible y esto le da seguridad. Además, cuando las reglas son claras, se fomenta la independencia del niño: saber hasta dónde puede llegar le enseña a medir el peligro y le da gran libertad de acción.
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