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¿Por qué siempre haces las cosas de las que más te quejas?

¿Lo que te choca te checa? Es la clásica frase que tu mamá te avienta cuando estás del peor humor y solamente te enoja más, ¿sabes qué significa?

Edilberto Pena

Hay situaciones en las que creemos que si actuamos correctamente el mundo va a funcionar mejor. Todo es súper fácil. El problema es cuando nos encontramos a nosotros mismos haciendo eso que tanto criticamos pero que nos saca de quicio cuando lo hacen los demás. Tipo, estás regañando a tu escuincle porque está snapchateando a la hora de la cena y te llega un meme por WhatsApp y te carcajeas. ¿Por qué demonios acabamos haciendo las cosas que tanto detestamos?

Temperamento + carácter
Para poder hablar de lo que nos choca primero tenemos que saber de dónde viene la personalidad del ser humano.
Temperamento: nos viene genéticamente (en un cunero de recién nacidos se nota cómo cada bebé tiene comportamientos distintos), por eso siempre acabas diciendo: “Y que me sale lo Pérez y que lo pego sus buenos gritos”.
Carácter: es lo que formamos gracias a las situaciones que pasamos en la vida, la educación que nos proporcionan nuestros padres y maestros y todo lo que nosotros hacemos por mejorar nuestra forma de ser. Entonces, la personalidad se convierte en la forma estable y constante con la cual nos relacionamos con el mundo que nos rodea. Básicamente, es lo que nos hace ser como somos y es lo que muchas veces le choca a los demás de cómo somos.

Tampoco somos tan diferentes
Aunque cada quien se construye de acuerdo a sus vivencias y el entorno en el que vive, existen 10 rasgos básicos de personalidad en los que todos encajamos de una forma u otra.

1. Paranoide. Por su desconfianza y suspicacia constantemente interpretan las acciones de los demás de forma “maligna hacia ellos” . Se preocupan mucho por lo que los demás piensan de ellos, son muy reacios, difíciles de socializar y no hacen relaciones muy íntimas con las personas. Con frecuencia creen encuentran significados ocultos en donde no existen y son súper rencorosos. Son rasgos que pueden aprovechar muy bien los abogados, policías o investigado- res privados.

2. Esquizoide. Son individuos que se alejan de los demás por que no se sienten cómodos acompañados. Ser así no les molesta, para nada; quieren ser populares y manejan un rango de emociones muy cortito. Casi nada les emociona y sus enojos son muy leves en intensidad. Son geniales en profesiones que no requieren de contacto con los demás, grandes programadores de computadora y matemáticos.

3. Esquizotípicos. En resumen, son esquizoides con dos características extras: tienen pensamientos raros y comportamientos excéntricos. Son fervientes creyentes de los fe- nómenos paranormales y de la magia, y su vida gira alrededor de estas creencias. Su ro- pa, sus gustos y sus amigos tienen que ser personas que concuerden con su forma de pensar. Esto los hace formar grupos y tribus urbanas que también conviven poco con el resto de la sociedad.

4. Antisociales. Pensemos en el típico asesino serial de televisión. Claro de ideas y se- ductor que siempre ve la forma de conseguir lo que quieren, manipuladores, maestros del engaño y sin capacidad de culpa; todo está justificado por el sin importar los medios. Suenan como rasgos geniales, lo malo es que carecen de empatía, no logran sentir el sufrimiento de los demás y solo les importan ellos mismos; grandes para la mentira, irresponsables, poco comprometidos y se aburren fácilmente de lo cotidiano.

5. Limítrofes. Los gobierna la inestabilidad y la impulsividad en sus afectos. Los mueven los sentimientos pero solo sienten en blanco o negro; las personas y las situaciones ante ellos solo son buenos o malos, los idealizan o los devalúan; son incapaces de ver a los demás como gente normal, con virtudes y defectos. Se dejan llevar por lo que es muy placentero y se alejan de todo lo que implica esfuerzo y algo de sacrificio.

6. Histriónicos. Estamos acostumbrados a que cuando se habla de “histrión” nos referi- mos a los actores, y es que también los portadores de estos rasgos viven para ser el centro de atención y protagonizar la telenovela que es su vida. Son muy dramáticos y extrovertidos, encantadores cuando uno los conoce y hacen amigos con gran facilidad. Lo malo es que por esto mismo, intiman poco con las personas y se la pasan muy mal cuando se encuentran en situaciones que los hacen llevar un rol secundario.

7. Narcisistas. Son grandiosos en la opinión de ellos mismos y por esto mismo solo pueden relacionarse con los que ellos consideran igual de grandiosos. Son los mejores y solo son dignos de lo mejor. Se creen con capacidades más altas que las que poseen y les encantan que los halaguen. Suelen esperar que las cosas se les concedan solo por ser ellos y se frustran mucho cuando las situaciones no pasan de esta forma.

8. Evitativos. Estas personas tienen una gran, gran, gran dificultad para relacionare con los demás. Podríamos pensar que se parecen a los esquizoides, pero lo que hace la diferencia es que a estos sí les molesta y son hipersensibles a la evaluación negativa de los demás, al rechazo; cosa que a los esquizoides les vale. Muchas veces son objeto de bullying.

9. Dependientes. Son sumisos, pegajosos y necesitan a alguien de quien depender, que tome hasta las decisiones más básicas por ellos. En las épocas de nuestros abuelos sería la hija menor de una familia grande que se queda solterona para cumplir con los deseos de la mamá y cuidarla en su vejez. Un rasgo básico es la gran angustia que les produce separarse de las guías de las que dependen. Dentro de las oficinas es el godínez que no opina y que no aporta, solo cumple los deseos del jefe.

10. Obsesivos. Se preocupan por el orden y la perfección, con gran necesidad de control, pero sobre todo, son inflexibles, con marcada dificultad de adaptarse a las situaciones. Son cuidadosos, siguen las reglas, llevan escrupulosamente su agenda, pero son tercos, avaros, culposos y malos para delegar.

De seguro ya se vieron reflejados en uno más de estos tipos de rasgos de personalidad y es importante recalcar que contar con estos no es signo de enfermedad, al contrario, es solo el reflejo de la forma de ser. De hecho, lo usual es que no solamente tengamos rasgos de un tipo de personalidad; es muy común que seamos la combinación de dos o tres de estos. Esta combinación nos puede hacer exitosos en el campo que elijamos… o es muy probable que la elección de nuestra vocación esté invadida y casi casi determina- da por lo que se le facilita más a mi carácter.

¿Y eso qué?

Ahora… regresemos a la pregunta inicial que me ha quedado pendiente de responder: ¿por qué hay cosas que me chocan y me checan? Constantemente me voy a encontrar con personas que hacen cosas que me sacan de quicio, pero muchas veces estas mismas conductas son parte de mi forma de ser. Cuando reconoces que la verdadera causa de lo que te afecta está en ti– y no en lo que hacen los demás– sabrás en dónde hacer los cambios siempre de forma inconsciente, porque no conozco por completo mis rasgos de personalidad. Cuando algo te choca, ponte a pensar si es algo que tú mismo has hecho. Lo más seguro es que sí. ¡¿Por qué demonios lo hice así si me pone loco cuando lo veo en los demás?!

Esas personas que tanto detestas resultan ser un espejo, y en lugar de verlos como una pesadilla, deberías verlos como un maestro. ¿Por qué te desespera tanto que tu mamá te hable diario? Reflexiona y deja de hacer lo mismo con tu hermana. Para dejar de volverte loco cuando alguien hace algo que probablemente no es tan grave, haz una lista de las cosas que te molestan de esa persona y ponte a pensar si tú las has hecho alguna vez.

• No soporto que me diga mentiras, ¿te estás mintiendo a ti mismo?

• No soporto su flojera, ¿qué tan flojo eres con tus cosas?

• No soporto que sea tan amigable con todo mundo, ¿quisieras ser más amigable?

Date cuenta también de que las cosas que a ti te molestan puede que a nadie más le parezcan mal, que a ti no te gusten los frijoles no quiere decir que sean asquerosos. Entonces tienes que entender por qué te molestan ciertas cosas y resolver eso sin pelear con el otro. ¿Cómo puedes explicarle que algo está mal si ni siquiera tú sabes por qué lo sientes como algo negativo?

MORALEJA: hay que comenzar por aprender a conocernos para manejarnos mejor al momento de expresar a los demás que algo no nos gusta.

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