Perdona y avanza

Aunque creas que es imposible hacerlo, sí puedes perdonar cualquier cosa. Y deja ya de arrastrar el peso que te detiene

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A esa persona, justo a esa que te hizo tanto daño, no la vas a perdonar. No hay forma. No puedes. Y no se lo merece.

Van dos noticias para ti: la primera es que sí puedes perdonarlo, aunque no lo creas. Todo, hasta los crímenes más atroces, se pueden perdonar. Está comprobado. Segunda: el perdón sí se merece, pero el que lo merece eres tú, no la otra persona. Tú serás el beneficiario de las ganancias del perdón. La otra persona, aquí es lo de menos. Así es como puedes lograrlo:

“Cuando perdonas, tu futuro se suelta de tu pasado” -Desmond Tutu

1. Contar la historia
Compártela con alguien -o alguienes- de tu confianza, las veces que sea necesario.

2. Nombrar la pena
Detalla qué fue lo que te dañó y qué emociones te causa. Con todo realismo. No quieras minimizar ni el daño ni lo que sientes.

3. Conceder perdón
Este proceso, que no lleva un tiempo determinado y requiere que comprendamos la humanidad de quién nos hirió es, evidentemente, el más tardado y el más difícil. Haz acopio de paciencia y no tengas prisa. Si estás dispuesto, vas a terminar por conseguirlo.

4. Renovar o terminar la relación
Son las opciones. No necesitas seguir teniendo un vínculo con quien te lastimó. En caso de que sí quieras seguir tratando a quien te causó daño, hay que dejar ir el mal vínculo (el de la victimización y el trauma) y restaurar la relación. Lo alentador aquí es que, cuando lo logres, seguro obtendrás una relación renovada y más fuerte.
Otra ruta: la del psicólogo Everett Worthington, profesor en Virginia Commonwealth University, uno de los investigadores pioneros en el campo del perdón. Él propone un camino que en inglés se sintetiza con el acrónimo REACH (que quiere decir alcanzar):

Recordar:
El agravio, la ofensa o la herida. Una manera de superar el miedo o el enojo es recordar el evento, pero hacerlo de un modo relajado. Haz respiraciones profundas mientras recuerdas el asunto a perdonar (y busca ayuda en un amigo o un terapeuta si es algo muy duro para enfrentarlo solo).

Empatizar:
Intenta ver los hechos desde la perspectiva de quien cometió la falta como un modo de llegar a un entendimiento más profundo del caso.

Altruismo:
Implica dar un regalo (el perdón) sin pedir nada a cambio. ¡Uf!, ¡qué difícil suena ésta, pero se puede!

Comprometerse:
Otorgar públicamente el perdón. No necesitas anunciarlo en el periódico, pero sí decirlo a alguien o a un grupo de confianza. Esto funciona como un “certificado” que facilita tu proceso.

Honrar:
Cumplir tu compromiso y mantenerlo. De vez en cuando los reucerdos pueden hacerte sufrir una recaída en tu proceso de perdón. Pero, según el creador de esta técnica, aún si llegan de nuevo pensamientos de enojo, venganza o miedo, no serán tan fuertes como antes de iniciar el REACH.

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